domingo, 12 de diciembre de 2010

Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010

Creo que esta es una excelente oportunidad para retornar a mi blog, al que he abandonado desde hace algunos meses, pero he despertado dada mi afición y amor absoluto a las Letras, pues Mario Vargas Llosa ha sido elegido Premio Nobel de Literatura 2010 y él merece que haga mi mejor esfuerzo para empezar a volver a escribir mis historias, esta vez, personales. Espero tener la constancia y su ejemplo para continuar en esta brega.

Es cierto que yo he sido una de tantas críticas terribles y silentes de Mario porque me quedé con la imagen-idea (valga el guion de por medio) de “El pez en el agua”, el último libro que leí y lloré de MVLl. Lo lloré con verdadera pena y lágrimas reales pues creí que era muy injusta la opinión que él presentaba sobre nosotros y mi querido Perú. Creí que él estaba resentido con los electores peruanos para haber escrito tantas cosas terribles sobre mi país que es suyo, también, sin darme cuenta de que hablaba en nombre de la democracia, tan indispensable hoy en día.

Cuando él perdió las elecciones lloré de rabia y de pena. En aquella oportunidad pensé que los peruanos éramos –por entonces- incapaces de elegir al candidato perfecto, de lujo, que se perdía mi adorado Perú, la tierra en la que nací y que hoy entiendo, gracias a él, que fortuitamente soy y siempre seré peruana, pero eso sí, sobre todas las cosas y a pesar de los apellidos extranjeros que por herencia me pudieron tocar, el Perú es mi patria amada y no hay nadie que me va a quitar mi peruanidad. Mi nacionalismo tiene dos frentes: el antes y después de Mario. Antes, porque yo me creía nacionalista hasta que él en su discurso inicial previo a la entrega del Nobel 2010, “Elogio de la literatura y la ficción”, me hizo entender que lo mío era patriotismo, puro y sin mancha, no así nacionalismo (chovinismo) y después: el patriotismo, verdadero amor por la patria, así como su desarrollo e inserción en el mercado internacional y ante todo, por la libertad de expresión, en la mejor de sus definiciones, sumada a esa democracia absolutamente indispensable para el ejercicio de esa libertad.

Mario ha recibido por fin el Nobel de Literatura, algo impensable para mí y para muchos peruanos. Siempre escuché y creí que dados los antecedentes liberales de MVLl hacían imposible que recibiera en algún momento de la historia este premio honorario a su trayectoria impecable de literatura y opiniones políticas contrarias a la izquierda que por lo general había normado estos premios tan ilustres e importantes.

Escuchar que Mario ha encapsulado en una burbuja la historia de la literatura que hoy permanece y reluce fue algo que me superó absolutamente, sobre todo porque en la entrega del premio, quien el presentador de la ceremonia de entrega de los "Nobel" le pidió a Mario, en castellano, que se acercara a recibir el galardón de manos del Rey de Suecia, colmó todas mis expectativas.

Reconozco que he tenido una relación personal de amor-odio por MVLl. Ha pasado el tiempo y no me queda otra opción que, racionalmente, interpretar que Mario no se equivocó como demócrata cabal que es. Todo lo que él pensaba es lo que pienso y quiero hoy, no solo para mi país sino para toda Latinoamérica y para aquellos países que aún continúan en el yugo de la falta de libertades en general, las que no enumeraré porque son por demás conocidas y yo, de política tengo casi nada, pero informada y algo viajada sí soy.

En fin, retomo mi blog con esta estupenda noticia: mi compatriota Mario Vargas Llosa ha recibido el Nobel de Literatura 2010 y me siento tan feliz como si fuera yo misma o alguno de mis parientes quien lo hubiera recibido. Más aún cuando escuché su elogio a la mujer de su vida: Patricia. Estoy segura de que todas las mujeres quisiéramos recibir un reconocimiento de nuestra pareja como el que ella recibió en aquel momento.

Sol O’Connor


http://www.youtube.com/watch?v=aL1Uc8_M1Zk&feature=related