martes, 18 de noviembre de 2008

Retrato - Poema de Antonio Machado





RETRATO

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno...

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna,
a distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una...

Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—
mi soliloquio es plática con ese buen amigo,
que me enseñó el secreto de la filantropía...

Y al cabo, nada os debo; me debéis cuanto escriba,
a mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo... como los hijos de la mar.





Antonio Machado, 1906


1 comentario:

Toni Solano dijo...

Los versos de Machado siempre huelen a limón y a patios con sol. Y a mí me trae recuerdos de mi Andalucía natal, aunque ya sólo sea un poso de la infancia.
Saludos.