sábado, 10 de enero de 2009

Haiku

Otro verano...
Las mismas predicciones.
Nuevos deseos.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Que el maquillaje no apague tu risa...

Que el maquillaje no apague tu risa
que el equipaje no lastre tus alas
que el calendario no venga con prisas
que el diccionario detenga las balas…

Que las persianas corrijan la aurora
que gane el “quiero” la guerra del “puedo”
que los que esperan no cuenten las horas
que los que matan, se mueran de miedo…

Que el fin del mundo te pille bailando
que el escenario te tiña las canas
que nunca sepas ni cómo ni cuándo
ni ciento volando, ni ayer ni mañana…

Que el corazón no se pase de moda
que los otoños te doren la piel
que cada noche sea noche de bodas
que no se ponga la luna de miel…

Que todas las noches sean noches de bodas
que todas las lunas sean lunas de miel…

Que las verdades no tengan complejos
que las mentiras parezcan mentiras
que no te den la razón los espejos
que te aproveche mirar lo que miras…

Que se divorcie de ti el desamparo
que cada cena sea tu última cena
que ser valiente no salga tan caro
que ser cobarde no valga la pena…

Que no te compren por menos de nada
que no te vendan amor sin espinas
que no te duerman con cuentos de hadas
que no te cierren el bar de la esquina…

Que el corazón no se pase de moda
que los otoños te doren la piel
que cada noche sea noche de bodas
que no se ponga la luna de miel…

Que todas las noches sean noches de bodas
que todas las lunas sean lunas de miel…




Estos son mis deseos para ustedes en este nuevo año que viene sin estrenar. Tratemos de no gastarlo tan pronto y si lo gastamos, que sea en buenas cosas y cosas buenas.
¡Feliz 2009!
Sol O'Connor


Canción: "Noches de Bodas" (Joaquín Sabina)
Concierto: Dos pájaros de un tiro: Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina - 2007

domingo, 7 de diciembre de 2008

sábado, 6 de diciembre de 2008

garabato...


Calcular las palabras...
Como si fueran cifras
como tablas de multiplicar
como la suma y la resta
como números exactos...

Calcular las palabras...
Para no disgustar
para no caer mal
para saber estar
para poder ganar...

Calcular las palabras...
Cuando los dígitos sobran
cuando la letra es hermosa
cuando existen mil matices
cuando de vida se trata.

Sol O'Connor

jueves, 4 de diciembre de 2008

Cero en Ecología


Zero Ecology

From: Mariasoledad77,
11 minutes ago


Zero Ecology
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Descriptivas imágenes de la realidad que hoy vivimos.



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lunes, 1 de diciembre de 2008


Una de las claves del respeto, y por consiguiente de la alegría interna y la iluminación, es aprender a ser agradecido y a dar las gracias con gratitud y con una adecuada comprensión. Ciertamente me dirán que algunas veces no hay por qué dar las gracias, y que eso cultiva una actitud inocente, pasiva y débil. En verdad, la gratitud es todo excepto debilidad. Abre la puerta a una ciencia y conocimiento superiores. Un acto emanado de la gratitud es siempre beneficioso y bello. No saber dar las gracias no significa fortaleza en lo absoluto, sino debilidad. Una persona prisionera de su descontento cae en estados mentales negativos que le roban su fuerza y su energía.
La expresión "gracias" no es una mera frase educada y convencional. Es, por sobre todo, una frase mágica, un encantamiento sagrado, un poderoso mantram trasmitido a todas las personas por los grandes maestros espirituales y sus discípulos más iluminados. Sí, muchas costumbres de la vida que practicamos en forma inconsciente fueron originalmente instituidas por seres de luz que deseaban ayudar a la humanidad. La expresión "gracias" tiene el poder de abrir la conciencia y despertar a la verdadera riqueza. Aquellos que saben dar las gracias cuando caen en las pruebas, demuestran su valor interno y su conexión con una conciencia superior. Un agradecimiento tal debe provenir de una clara conciencia y de un perfecto conocimiento de las leyes de la vida. Entonces posee el poder alquímico para transformar las situaciones y los estados mentales.
Cuando se dice de la forma correcta, el agradecimiento tiene la virtud de purificar el alma terrenal y las relaciones entre los seres. Dar las gracias a alguien es purificar la atmósfera entre tú y esa otra persona. Algunas veces incluso puede sanar relaciones karmáticas y situaciones difíciles. "Gracias" ejerce un poder liberador; permite el desapego, el abandono (o la aceptación de las cosas), y facilita el perdón. Puede convertirse en una verdadera bendición para uno mismo y para otros; puede ser una muralla de defensa contra las fuerzas de la oscuridad que con frecuencia tratan de interferir en nuestras vidas para perturbar furtivamente, complicarlo o destruirlo todo. Por medio de la gratitud, también se puede crear una firme base --una sobre la cual se pueda construir una vida útil, armoniosa, rica y consciente--, en el aspecto psicológico de la vida.
Las virtudes de la gratitud son demasiado numerosas para describirlas; lo más sencillo es conocerlas por experiencia propia, poniendo en práctica la gratitud. Sin duda que necesitaremos una nueva percepción del mundo mucho más espiritual y sutil. Es en el mundo invisible donde el agradecimiento adquiere todas sus dimensiones. Por supuesto, si vivimos sin espiritualidad, sin conciencia, si damos la espalda al mundo invisible, admito entonces que dar las gracias pueda convertirse en una debilidad: para un ignorante, el agradecimiento es la muerte. Pero creo que nosotros aún no llegamos a esto.
Para quienes están conscientes de su espiritualidad y, por tanto, de la parte más sutil de su ser y de la vida, agradecer es incrementar la intensidad de la vida. El descontento estrecha la vida, mientras que la gratitud la expande, la aumenta, incrementa la alegría, y abre las puertas del infinito, del amor. Aquellos que reciben amor con gratitud lo reciben doblemente, mientras que quienes están descontentos lo pierden. La gratitud es el arte de saborear la vida con agrado; es también una aceptación inteligente y trabajo sobre uno mismo. El niño pequeño que recibe muchos cuidados no puede tener recogijo, mientras crea merecerlo todo. Vivir una mentira es sentenciarse uno mismo a infortunios y a desilusión.
Estoy convencido de que la alegría depende de nuestra actitud en la vida. Si tu agradecimiento contiene todo lo que es del cielo, entonces se convierte en una fabulosa oración y en un regalo de amor. Quien pronuncia las "gracias" de esta manera, comprende que nada en esta tierra le pertenece, y que todo es un regalo de los seres superiores que velan por él. Ni siquiera su cuerpo, sus pensamientos o sus deseos le pertenecen. Dar las gracias por todas estas bendiciones es estar en camino de adquirirlas verdaderamente, y de hacer algo positivo con ellas. Cuando el agradecimiento se transforma en una oración, adquiere el poder de triunfar sobre las fuerzas oscuras y los estados mentales negativos que envenenan la vida.
Cada vez más y más, el mundo se asemeja a una selva infestada de insectos y animales extraños, hasta el punto de encontrarse uno en situaciones donde los estados mentales oscuros invaden la conciencia y la sensibilidad como una nube de mosquitos, en forma cada vez más frecuente. Ya no sabemos cómo escapar a esos estados destructivos. El gran agradecimiento "aquel que conoce el sendero hacia el mundo superior invisible" puede liberarnos. Repito lo que digo, porque para mí el agradecimiento que se eleva al cielo con respeto y gratitud es la oración más hermosa. Ahora, es la oración más eficaz para sacar a los seres humanos del control de las fuerzas oscuras y los estados mentales negativos. La palabra "gratitud" también significa renacer a uno mismo.
Finalmente debemos comprender que hemos permitido una forma de vida artificial que incrementa el desarrollo de la negatividad. Por eso, tanto en el futuro como en el presente, las técnicas de alquimia interna serán cada vez más indispensables. Sin ellas, será imposible luchar para mantener la propia dignidad, el tesoro del alma, la belleza interior. Debemos reinventar una nueva forma de vivir en la tierra para poder recobrar las fuerzas del alma que abren las puertas del cielo y de la iluminación. Esta es una necesidad para el futuro.
Cuando los seres humanos llevan el cielo y la tierra dentro de sí mismos, no hay fuerzas negativas que puedan penetrar en ellos. Entiéndanme bien: para mí el descontento es una fuerza negativa. Claro que hay un tipo de descontento que es beneficioso, porque permite ponernos a trabajar aún más para alcanzar la perfección, pero este descontento es mesurado y controlado, es una herramienta de la creatividad. No estoy refiriéndome a éste, sino al que invade el alma y lleva al servilismo, cerrando las puertas a la inteligencia superior.
"Gracias" es una palabra que une al cielo y la tierra. Cuando el agradecimiento es sincero y está lleno de fuerza vital, tiene el poder de tocar y despertar ese centro íntimo que radica en el estómago y que los japoneses denominan el "hara". La verdadera fuerza proviene del profundo agradecimiento que toca el centro del ser uniendo cielo y tierra. Quien sabe cómo agradecer a la tierra, halla el fundamento de la vida psicológica. La tierra limpia, purifica y sana muchos problemas psicológicos, e incluso enfermedades físicas, porque ambos están estrechamente relacionados.
Quien sabe cómo agradecer a la inteligencia de los cielos halla dirección en su meta en la vida. Es una luz que ilumina con verdadero conocimiento. Todo lo que necesitamos hacer es ponernos a trabajar. Muchas cosas en nuestra vida dependen de la forma en que dirigimos nuestras energías. La inteligencia no radica en digerir las cosas como una cotorra, sino en la capacidad de comprender el significado positivo de la vida y caminar en esta dirección por nuestro bien, por el de los demás, y por el mundo. Todos en la tierra deben ofrecer sincero y cálido agradecimiento a todos los seres --no al pequeño ser artificial en ellos, sino al Innombrable, omnipresente. La aceptación de lo divino, sublime, infinito, inmortal, a través de todos los seres humanos y a través del Todo es la perfección del agradecimiento.
Olivier Manitara


domingo, 23 de noviembre de 2008

Toques Zen para su vida diaria

Toques Zen
Por: Frieda Holler Figallo
PERÚ 21
Mi amiga Marisol O'Connor con su sentido del equilibrio me envió este significativo mensaje de proverbios chinos que comparto con usted para que reaccione y cambie:

Tenga un proyecto de vida, mas esté abierto para percibir las señales del camino. Sea flexible como los gajos de un árbol al viento, así nada podrá quebrarlo.

Encienda un incienso. Él marca el tiempo de su meditación o de cualquier actividad y purifica el ambiente. Además de eso, según los monjes Zen-budistas, el humo esparce bienestar a todos los seres y eleva su espíritu.

Tenga cerca una caja de arena, con algunas piedras y modifique cada día la posición de ellas y el trazado de los granos. Mover el jardín Zen es una forma de aquietar la mente: todo está cambiando en todo momento, un día es diferente de otro y usted puede crear su presente.

En el trabajo, cuando estuviera en una situación de conflicto o recibiera una provocación, no reaccione inmediatamente. Respire y preste atención, siempre hay una manera de resolver las cuestiones de forma pacífica, con respeto, amorosamente. Caso contrario, usted entra en la sintonía de acciones y pensamientos negativos, dañinos para los otros y para usted mismo.

En el tránsito, manténgase atento y gentil con los otros conductores. Mantenga distancia y ceda el paso. Si está muy alterado con la espera, tenga en el vehículo música tranquila y algunos caramelos. Eso baja la ansiedad y suaviza el enojo e impaciencia.

Simplemente sea lo que es. Acepte su cuerpo y sus pensamientos.

Acuérdese de mirar hacia el cielo. Eso expande los límites de la mente y nos recuerda que somos una pequeña parte del inmenso Universo, que está siempre en movimiento.

Al hablar, use palabras de cariño y respeto, pues usted está delante de otro ser humano, sea quien fuera.

Reserve algún tiempo para no hacer nada: no piense, no contemple, no desee cambios.

En cada gesto simple de lo cotidiano, puede descubrir nuevos placeres. Saboree el agua y cada alimento como un bien precioso, una fuente de energía vital. Cuando esté comiendo o cocinando, no desperdicie.

Comience el día sentándose con la columna recta, perciba su respiración, los latidos de su corazón, sus tensiones, sus pensamientos. Quédese así por algunos minutos, después respire hondo y salga al mundo dispuesto a aceptar el día como venga, como si fuese el primero de su vida.
Viva el momento presente. El pasado se fue y el futuro aún no existe. El aquí y ahora es la única realidad.
La respiración tiene el poder de cambiar rápidamente su estado de ánimo. En situaciones de estrés, ansiedad, enojo, tristeza, calme su respiración y tenga en mente que todas las situaciones son pasajeras, que todo está en constante transformación.

Preste atención en todo lo que hiciere y mire las acciones y los comportamientos repetitivos como una nueva oportunidad de percibir la vida con más cuidado y amor.
Estos maravillosos pensamientos simples y sencillos están basados en la cultura y educación china, tienen un gran significado y practicarlos hará que cambie sus hábitos y mejore su calidad de vida que bien se lo merece.

Lima, 31 de octubre de 2008

http://es.youtube.com/watch?v=LFwSv-Icqb8

viernes, 21 de noviembre de 2008

LA PODEROSA MÚSICA DEL AGUA


La música del agua es una poderosa corriente espiritual que ha sido bellamente canalizada por los grandes compositores de todas las épocas, tanto clásicos como populares… y de igual manera, el agua lleva en sí misma una mágica cualidad de producir sonido que, tal como lo han comprobado meditadores antiguos y contemporáneos, posee un efecto sosegador, sanativo, que nos vincula con las dimensiones trascendentes del Ser.
Sí, basta prestar un mínimo de atención para percibir cómo el agua genera, en todas partes, una sonoridad suave y eterna, que trasciende a eras y héroes, a razas y civilizaciones.

A muchas personas les proporciona calma el sonido del mar o les agrada sobremanera el meloso rumor de una cascada… o, simplemente, piensan que no hay mejor canción de cuna que el goteo de la lluvia nocturna precipitándose sobre el sólido techo de la casa.

De igual forma, hoy día es moneda corriente la edición de discos compactos donde se mezclan los diversos sonidos del agua con música académica o "new age". Tales productos son adquiridos por personas estresadas que meditan –en la urbana reclusión de sus casas o apartamentos- recreando en sus mentes ese entorno natural que la dinámica humana se ha empeñado en destruir.

Tal afición por meditar al son del agua parece ratificar la conseja de que el líquido elemento es el más musical de la naturaleza. Aunque, claro está, la musicalidad del agua no siempre es apacible… ¡y a veces se torna furiosa y frenética, como cuando se trata de vaguadas, tifones o huracanes!

Infinita música del Espíritu

Según antiguos místicos chinos, si alguno de ustedes se sentara a la vera del gran río Amarillo en estado de meditación podría escuchar cómo una interminable canción de una sola nota se desprende de ese inmenso cuerpo fluvial. Tal nota equivale al sí de la escala de Occidente y reporta infinita paz a quien la percibe.

Esta visión contemplativa y espiritual del río la vemos refrendada en la extraordinaria novela "Siddhartha", en donde el autor suizo Hermann Hesse (Premio Nobel de Literatura en 1946) nos describe cómo el protagonista Siddhartha y su amigo Vasudeva alcanzan la Iluminación –el preclaro estado de budeidad- al oír la Voz plural del río:

"Aunque muchas veces había escuchado esa infinitud de voces del río, esta vez le parecieron nuevas. Pronto no pudo distinguir ya las voces alegres de las llorosas, las infantiles de las varoniles, todas se les confundían y entremezclaban… Y cuando Siddhartha escuchaba atentamente ese río, aquel canto orquestado por miles de voces, entonces, la gran canción de las mil voces se reducía a una palabra, y esa palabra era OHM, la Perfección".

En ese mismo sentido, muchos sabios del Oriente han equiparado el Nirvana a la gota (del ego) que se disuelve en el océano (de la Conciencia Absoluta).

En todo caso, el amable lector o lectora no precisa trasladarse a tierras hindúes o chinas para beneficiarse del sedativo efecto que tiene el sonido del agua sobre nuestra psique. Basta allegarse a un balneario, río o lago cercano; distenderse sobre la mullida hierba de una vera o sobre las finas arenas de una playa; cerrar los ojos tal como lo hicieran el sabio Siddhartha y su colega Vasudeva y, finalmente, comprobar lo que antiguos místicos y modernos psicólogos han corroborado: que el escuchar el plácido sonido del agua nos retrotrae a realidades fascinantes, trascendentales.

En la práctica espiritual del Oriente existe un viejo axioma que dice: "El sonido es vibración; la vibración es energía". Algunos sonidos nos sosiegan; otros nos aturden; algunos nos pacifican, energizan; otros nos alienan; el sonido del agua es sagrado porque, tal como lo ha comprobado la ciencia, la vida –en nuestro plano físico- surge y se nutre del líquido elemento… y sin él, la existencia es imposible; por ello, el sonido, la vibración y la energía transmitidas por el agua son sinónimos de vida... ¡y en lo más íntimo de nuestros genes y de nuestra memoria celular lo sabemos!

De tal suerte, meditar con la vibración del agua se convierte en una plegaria silenciosa que acalla el barullo de la mente y nos recuerda ese océano primordial en el que evolucionaron las especies del planeta hace unos tres mil millones de años; nos devuelve –además- a ese tranquilo estanque uterino en el que fuimos acunados con irrepetible candor y, por supuesto, nos reconecta con ese Yo Superior, ese Padre-Madre del todo armonioso, que filtra Su sabia Voz tanto en la furiosa ola que golpea a la roca como en la leve gota de llovizna veraniega que impregna nuestro rostro.

El agua como obra musical

Y así como el vital líquido tiene su propia e inherente musicalidad, los grandes compositores de todas las épocas se han inspirado en él para deleitarnos con algunas de las más conmovedoras piezas artísticas que haya concebido el espíritu humano.

Desde las antiguas canciones marineras –en las que celtas, vikingos, griegos o romanos vertían sus cuitas y alegrías, implorando protección a las deidades oceánicas- hasta composiciones sinfónicas de la talla de "Las Fuentes de Roma", obra del genio italiano Ottorino Respighi, el agua ha sido manantial de inspiración para los músicos de todos los tiempos, haciendo vibrar nuestra sensibilidad.

En el campo de la música académica, el agua es un tema que tiene dilatada tradición: compositores como el austriaco Johann Strauss ("El Danubio Azul"), el francés Maurice Ravel ("Juegos de Agua"), el inglés Edgard Elgar ("Estampas Marinas"), el alemán Richard Wagner ("El Holandés Errante") y el francés Claude Debussy ("El Mar") le han dedicado grandes obras orquestales. Destacan también dentro de esta temática las famosas piezas de los alemanes Georg Philip Telemann y Georg Friedrich Häendel –tituladas ambas "Música Acuática"- altas cimas del barroco musical.

En el ámbito de la música popular, resulta imposible inventariar el gran número de canciones que le cantan al agua; destacaremos aquí algunas que –por su belleza poética- nos han causado honda impresión.

Joan Manuel Serrat, el conocido cantautor catalán, nos ha dejado estos versos en su disco "Utopía":

Si el hombre es un sueño
el agua es el mundo
Si el hombre está vivo
el agua es la vida
Si el hombre es un niño
el agua es París
Si el hombre la pisa
el agua salpica
Cuídala...
como ella cuida de ti...

Simón Díaz, indiscutido decano de la canta tradicional venezolana, ha descrito el tormento del amor romántico como la lucha entre las fuerzas del aire (la garza) y el agua (el caudaloso río):

Yo vide a la garza mora
dándole combate al río
así es como se enamora
tu corazón con el mío...

El cantautor argentino Luis Alberto Spinetta –quizás el mejor letrista que jamás haya tenido el rock en español- nos describe cómo la lágrima de una triste despedida se transforma, a orillas del Río de La Plata, en un pétalo muy singular:

Lenta bruma cansada de dar al muelle
no veo paisajes más que este mar
que su viento devuelva la vida y la calma
y vea sus barcas volver de luz
tu sombra allende la distancia
es como un pétalo de sal…

Y así podríamos citar centenares de hermosas canciones como la famosa "Gotas de lluvia caen sobre mi cabeza" del norteamericano Burt Bacharach o aquella balada en la que su paisano Paul Simon define a la amistad como "Un puente sobre aguas turbulentas".

Sin embargo, por bella que sea, ninguna composición o poema podrá sustituir al suave susurro del agua de los arroyos, al cristalino tintineo de la gota que cae desde la estalactita de una caverna o al jubiloso fluir del líquido que baila en las fuentes de las plazas.

A estos entrañables sonidos se han sumado otros más inquietantes, generados por el calentamiento global: el fantasmal goteo del permafrost, la capa hielo que ha cubierto a la tundra siberiana durante millones de años y que ahora tiende a derretirse; el estruendo que producen los nuevos mega icebergs –algunos tan grandes como islas caribeñas- cuando se separan del menguante continente antártico; el quebradizo chispeo del casquete polar del Norte, cuyos flotantes hielos podrían desaparecer en pocas décadas si no ponemos rápido coto a nuestros abusos ambientales.

La música del agua es anterior al ser humano; sólo de nosotros depende seguir escuchándola. No acallemos su bella voz, porque su canto es el sostén de la Vida.

Carmelo Urso
Agradecimiento: Graciela E. Prepelitchi, miembro de Psique-Logia.

http://es.youtube.com/user/lamariblanca

martes, 18 de noviembre de 2008

Retrato - Poema de Antonio Machado





RETRATO

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno...

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna,
a distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una...

Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—
mi soliloquio es plática con ese buen amigo,
que me enseñó el secreto de la filantropía...

Y al cabo, nada os debo; me debéis cuanto escriba,
a mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo... como los hijos de la mar.





Antonio Machado, 1906


BLOGOCAMPAÑA CONTRA LA PORNOGRAFÍA INFANTIL

La pornografía infantil en la Red es una lacra imparable que ensucia nuestras vidas cada día. La presión policial con macroredadas no es suficiente para detener las malas prácticas de estos individuos, que actúan desde el anonimato que puede brindar la Red golpeando las vidas de cientos de niños, incluso bebés, en busca de un deseo sexual depravado y enfermizo. Por eso entre todos los internautas debemos ponernos manos a la obra y meter el máximo de ruido en el ciberespacio.

El objetivo de esta blogocampaña es que el próximo 20 de noviembre, Día Universal del Niño cientos de blogs escribamos un post en el que aparezca la frase: "Pornografía infantil NO", para sembrar los buscadores de Internet de severas críticas a esta vergüenza humana y social. De esta forma conseguiremos que las ciberbúsquedas de las palabras pornografía+infantil al menos golpeen las conciencias de tanto salido mental. En el post podéis colar términos de búsqueda empleados por los pederastas y pedófilos como "angels", "lolitas", "boylover", "preteens", "girllover", "childlover", "pedoboy", "boyboy", "fetishboy" o "feet boy" para llegar adonde queremos llegar.

¡PÁSALO!

Si quieres participar coloca este cartel-banner en tu blog disponible en idioma español, inglés, francés, italiano, portugués, gallego, catalán y euskera, difúndelo entre tus conocidos y escribe EL 20 DE NOVIEMBRE un post necesario para desinfectar todo lo posible la Red de todos:

http://lahuelladigital.blogspot.com/2008/10/arranca-la-blogocampaa-contra-el-porno.html



lunes, 17 de noviembre de 2008

Un video personal...

Preparé este video para el cumpleaños de mi amigo Joan Baeza. Creo que me salió bonito. Aquí va y lo comparto con ustedes. De paso, les hago un paseo turístico por Lima.
Marisol

De vez en cuando la vida...




Y nada... Tan solo un video de la canción de mi vida.






sábado, 1 de noviembre de 2008

El móvil de Hansel y Gretel


Anoche le contaba a la Nina un cuento infantil muy famoso, el Hansel y Gretel de los hermanos Grimm. En el momento más tenebroso de la aventura los niños descubren que unos pájaros se han comido las estratégicas bolitas de pan, un sistema muy simple que los hermanitos habían ideado para regresar a casa. Hansel y Gretel se descubren solos en el bosque, perdidos, y comienza a anochecer. Mi hija me dice, justo en ese punto de clímax narrativo: “No importa. Que lo llamen al papá por el móvil”.


Yo entonces pensé, por primera vez, que mi hija no tiene una noción de la vida ajena a la telefonía inalámbrica. Y al mismo tiempo descubrí qué espantosa resultaría la literatura —toda ella, en general— si el teléfono móvil hubiera existido siempre, como cree mi hija de cuatro años. Cuántos clásicos habrían perdido su nudo dramático, cuántas tramas hubieran muerto antes de nacer, y sobre todo qué fácil se habrían solucionado los intríngulis más célebres de las grandes historias de ficción.


Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica, en cualquiera que se le ocurra. Desde la Odisea hasta Pinocho, pasando por El viejo y el mar, Macbeth, El hombre de la esquina rosada o La familia de Pascual Duarte. No importa si el argumento es elevado o popular, no importa la época ni la geografía. Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica que conozca al dedillo, con introducción, con nudo y con desenlace. ¿Ya está? Muy bien. Ahora ponga un teléfono móvil en el bolsillo del protagonista. No un viejo aparato negro empotrado en una pared, sino un teléfono como los que existen hoy: con cobertura, con conexión a correo electrónico y chat, con saldo para enviar mensajes de texto y con la posibilidad de realizar llamadas internacionales cuatribanda.


¿Qué pasa con la historia elegida? ¿Funciona la trama como una seda, ahora que los personajes pueden llamarse desde cualquier sitio, ahora que tienen la opción de chatear, generar videoconferencias y enviarse mensajes de texto? ¿Verdad que no funciona un carajo? La Nina, sin darse cuenta, me abrió anoche la puerta a una teoría espeluznante: la telefonía inalámbrica va a hacer añicos las nuevas historias que narremos, las convertirá en anécdotas tecnológicas de calidad menor. Con un teléfono en las manos, por ejemplo, Penélope ya no espera con incertidumbre a que el guerrero Ulises regrese del combate. Con un móvil en la canasta, Caperucita alerta a la abuela a tiempo y la llegada del leñador no es necesaria. Con telefonito, el Coronel sí tiene quién le escriba algún mensaje, aunque fuese spam. Y Tom Sawyer no se pierde en el Mississippi, gracias al servicio de localización de personas de Telefónica. Y el chanchito de la casa de madera le avisa a su hermano que el lobo está yendo para allí. Y Gepetto recibe una alerta de la escuela, avisando que Pinocho no llegó por la mañana. Un enorme porcentaje de las historias escritas (o cantadas, o representadas) en los veinte siglos que anteceden al actual, han tenido como principal fuente de conflicto la distancia, el desencuentro y la incomunicación. Han podido existir gracias a la ausencia de telefonía móvil.


Ninguna historia de amor, por ejemplo, habría sido trágica o complicada, si los amantes esquivos hubieran tenido un teléfono en el bolsillo de la camisa. La historia romántica por excelencia (Romeo y Julieta, de Shakespeare) basa toda su tensión dramática final en una incomunicación fortuita: la amante finge un suicidio, el enamorado la cree muerta y se mata, y entonces ella, al despertar, se suicida de verdad. (Perdón por el espoiler.)


Si Julieta hubiese tenido teléfono móvil, le habría escrito un mensajito de texto a Romeo en el capítulo seis:

M HGO LA MUERTA,
PERO NO STOY MUERTA.
NO T PRCUPES
NIHGAS IDIOTCES.
BSO.

Y todo el grandísimo problemón dramático de los capítulos siguientes se habría evaporado. Las últimas cuarenta páginas de la obra no tendrían gollete, no se hubieran escrito nunca, si en la Verona del siglo catorce hubiera existido la promoción “Banda ancha móvil” de Movistar.

Muchas obras importantes, además, habrían tenido que cambiar su nombre por otros más adecuados. La tecnología, por ejemplo, habría desterrado por completo la soledad en Aracataca y entonces la novela de García Márquez se llamaría ’Cien años sin conexión’: narraría las aventuras de una familia en donde todos tienen el mismo nick (buendia23, a.buendia, aureliano_goodmornig) pero a nadie le funciona el messenger.


La famosa novela de James M. Cain —’El cartero llama dos veces’— escrita en 1934 y llevada más tarde al cine, se llamaría ’El gmail me duplica los correos entrantes’ y versaría sobre un marido cornudo que descubre (leyendo el historial de chat de su esposa) el romance de la joven adúltera con un forastero de malvivir.


Samuel Beckett habría tenido que cambiar el nombre de su famosa tragicomedia en dos actos por un título más acorde a los avances técnicos. Por ejemplo, ’Godot tiene el teléfono apagado o está fuera del área de cobertura’, la historia de dos hombres que esperan, en un páramo, la llegada de un tercero que no aparece nunca o que se quedó sin saldo.


En la obra ’El jotapegé de Dorian Grey’, Oscar Wilde contaría la historia de un joven que se mantiene siempre lozano y sin arrugas, en virtud a un pacto con Adobe Photoshop, mientras que en la carpeta Images de su teléfono una foto de su rostro se pixela sin remedio, paulatinamente, hasta perder definición.


La bruja del clásico ’Blancanieves’ no consultaría todas las noches al espejo sobre “quién es la mujer más bella del mundo”, porque el coste por llamada del oráculo sería de 1,90€ la conexión y 0,60€ el minuto; se contentaría con preguntarlo una o dos veces al mes. Y al final se cansaría.


También nosotros nos cansaríamos, nos aburriríamos, con estas historias de solución automática. Todas las intrigas, los secretos y los destiempos de la literatura (los grandes obstáculos que siempre generaron las grandes tramas) fracasarían en la era de la telefonía móvil y del wifi. Todo ese maravilloso cine romántico en el que, al final, el muchacho corre como loco por la ciudad, a contra reloj, porque su amada está a punto de tomar un avión, se soluciona hoy con un SMS de cuatro líneas. Ya no hay ese apuro cursi, ese remordimiento, aquella explicación que nunca llega; no hay que detener a los aviones ni cruzar los mares. No hay que dejar bolitas de pan en el bosque para recordar el camino de regreso a casa.


La telefonía inalámbrica —vino a decirme anoche la Nina, sin querer— nos va a entorpecer las historias que contemos de ahora en adelante. Las hará más tristes, menos sosegadas, mucho más predecibles.


Y me pregunto, ¿no estará acaso ocurriendo lo mismo con la vida real, no estaremos privándonos de aventuras novelescas por culpa de la conexión permanente? ¿Alguno de nosotros, alguna vez, correrá desesperado al aeropuerto para decirle a la mujer que ama que no suba a ese avión, que la vida es aquí y ahora? No. Le enviaremos un mensaje de texto lastimoso, un mensaje breve desde el sofá. Cuatro líneas con mayúsculas. Quizá le haremos una llamada perdida, y cruzaremos los dedos para que ella, la mujer amada, no tenga su telefonito en modo vibrador.


¿Para qué hacer el esfuerzo de vivir al borde de la aventura, si algo siempre nos va a interrumpir la incertidumbre? Una llamada a tiempo, un mensaje binario, una alarma. Nuestro cielo ya está infectado de señales y secretos: cuidado que el duque está yendo allí para matarte, ojo que la manzana está envenenada, no vuelvo esta noche a casa porque he bebido, si le das un beso a la muchacha se despierta y te ama. Papá, ven a buscarnos que unos pájaros se han comido las migas de pan.


Nuestras tramas están perdiendo el brillo —las escritas, las vividas, incluso las imaginadas— porque nos hemos convertido en héroes perezosos.

Hernán Casciari

miércoles, 8 de octubre de 2008

"No es nada personal"


Cada vez con más frecuencia escucho esta frase: “no es nada personal”.

La dicen los jefes, los periodistas, los comentaristas, los analíticos, los consultores, los matemáticos, los literatos, la gente, en fin… Y cuando la escucho o la leo, no puedo evitar hacerme la eterna pregunta: ¿Si el asunto no es personal cómo entonces actuar? ¿Cómo puedo responder o proceder si no me tomo las cosas como algo personal?

Si algo no soy en esta vida es imparcial y si eso conlleva ser emocionalmente inteligente, pues no cuenten conmigo, porque para mí todas las cosas que hago y digo son a título personal. No sé proceder de otra manera ni me interesa mucho aprenderla.

Quizá quien lea este garabato que intento pergeñar interprete que en mi estilo reina algo de intolerancia o de autosuficiencia, pero no es así. Simplemente considero que soy una persona que hace las cosas por y con entusiasmo. Claro está que para lavar una copa no necesito tener demasiado entusiasmo pero sí, para reaccionar en hechos, actitudes y transmisión de ideas, del dicho al hecho. De lo contrario, no podría hacer nada auténticamente bien, o auténticamente mal.

“Nada personal”… Frase vacía, pasiva, fría, que pone el brazo de distancia antes de que se produzca el acercamiento. Las ideas se van al diablo cuando aparece este comentario porque de ahí en adelante, todo lo que se pueda decir o hacer al respecto no tiene ningún sentido específico, strictu sensu.

Prefiero tomarme las cosas siempre como algo personal porque así es como corro el riesgo de vivir y acertar y equivocarme y rectificar. No hay nada más apasionante y que me entusiasme más que vivir así, a mi manera.

Sol O'Connor






domingo, 10 de agosto de 2008

El Vino



"Sí señor, sí señor...
El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla...

Que deberían salir
cuando el hombre bebe agua.

Va buscando, pecho adentro,
por los silencios del alma
y les va poniendo voces
y los va haciendo palabras.

A veces saca una pena,
que por ser pena, es amarga
sobre su palco de fuego,
la pone a bailar descalza.

Baila y bailando se crece,
hasta que el vino se acaba
y entonces, vuelve la pena
a ser silencio del alma.

Sí, señor...
El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla...

Cosas que queman por dentro,
cosas que pudren el alma
de los que bajan los ojos,
de los que esconden la cara.

El vino entonces, libera
la valentía encerrada
y los disfraza de machos,
como por arte de magia.

Y entonces, son bravucones,
hasta que el vino se acaba
pues del matón al cobarde,
solo media la resaca.

Sí, señor...
El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla...

Cambia el prisma de las cosas
cuando más les hace falta
a los que llevan sus culpas
como una cruz a la espalda.

La impura se piensa pura,
como cuando era muchacha
y el astado regatea
la medida de su drama.

Y todo tiene colores
de castidad simulada,
pues siempre acaban el vino
y los dos, en la misma cama.

Sí, señor...
El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla...

Pero... ¡qué lindo es el vino!
El que se bebe en la casa
del que está limpio por dentro
y tiene brillando el alma.

Que nunca le tiembla el pulso,
cuando pulsa una guitarra.
Que no le falta un amigo
ni noches para gastarlas.

Que cuando tiene un pecado,
siempre se nota en su cara...

Que bebe el vino por vino
y bebe el agua, por agua".

jueves, 12 de junio de 2008

GALEANO

Espejos
Los espejos están llenos de gente.
Los invisibles nos ven.
Los olvidados nos recuerdan.
Cuando nos vemos, los vemos.
Cuando nos vamos, ¿se van?
De deseo somos.
La vida, sin nombre, sin memoria, estaba sola.
Tenía manos, pero no tenía a quién tocar.
Tenía boca, pero no tenía con quién hablar.
La vida era una, y siendo una era ninguna.
Entonces el deseo disparó su arco.
Y la flecha del deseo partió la vida al medio, y la vida fue dos.
Los dos se encontraron y se rieron.
Les daba risa verse, y tocarse también.

Caminos de alta fiesta
¿Adán y Eva eran negros?
En África empezó el viaje humano en el mundo.
Desde allí emprendieron nuestros abuelos la conquista del planeta.
Los diversos caminos fundaron los diversos destinos, y el sol se ocupó del reparto de los olores.
Ahora las mujeres y los hombres, arcoiris de la tierra, tenemos más colores que el arcoiris del cielo; pero somos todos africanos emigrados.
Hasta los blancos blanquísimos vienen del África.
Quizá nos negamos a recordar nuestro origen común porque el racismo produce amnesia, o porque nos resulta imposible creer que en aquellos tiempos remotos el mundo entero era nuestro reino, inmenso mapa sin fronteras, y nuestras piernas eran el único pasaporte exigido.

El metelíos
Estaban separados el cielo y la tierra, el bien y el mal, el nacimiento y la muerte.
El día y la noche no se confundían y la mujer era mujer y el hombre, hombre.
Pero Exû, el bandido errante, se divertía, y se divierte todavía, armando prohibidos revoltijos.
Sus diabluras borran las fronteras y juntan lo que los dioses habían separado.
Por su obra y gracia, el sol se vuelve negro y la noche arde, y de los poros de los hombres brotan mujeres y las mujeres transpiran hombres.
Quien muere nace, quien nace muere, y en todo lo creado o por crear se mezclan el revés y el derecho, hasta que ya no se sabe quién es el mandante ni quién el mandado, ni dónde está el arriba, ni dónde el abajo.
Más tarde que temprano, el orden divino restablece sus jerarquías y sus geografías, y pone cada cosa en su lugar y a cada cual en lo suyo; pero más temprano que tarde reaparece la locura.
Entonces los dioses lamentan que el mundo sea tan ingobernable.

Cavernas
Las estalactitas cuelgan del techo.
Las estalagmitas crecen desde el suelo.
Todas son frágiles cristales, nacidos de la transpiración de la roca, en lo hondo de las cavernas que el agua y el tiempo han excavado en las montañas.
Las estalactitas y las estalagmitas llevan miles de años buscándose en la oscuridad, gota tras gota, unas bajando, otras subiendo.
Algunas demorarán un millón de años en tocarse.
Apuro, no tienen.

Fundación del Fuego
En la escuela me enseñaron que en el tiempo de las cavernas descubrimos el fuego frotando piedras o ramas.
Desde entonces, lo vengo intentando.
Nunca conseguí arrancar ni una humilde chispita.
Mi fracaso personal no me ha impedido agradecer los favores que el fuego nos hizo.
Nos defendió del frío y de las bestias enemigas, nos cocinó la comida, nos alumbró la noche y nos invitó a sentarnos, juntos, a su lado.

Fundación de la belleza
Están allí, pintadas en las paredes y en los techos de las cavernas.
Estas figuras, bisontes, alces, osos, caballos, águilas, mujeres, hombres, no tienen edad.
Han nacido hace miles y miles de años, pero nacen de nuevo cada vez que alguien las mira.
¿Cómo pudieron ellos, nuestros remotos abuelos, pintar de tan delicada manera?
¿Cómo pudieron ellos, esos brutos que a mano limpia peleaban contra las bestias, crear figuras tan llenas de gracia?
¿Cómo pudieron ellos dibujar esas líneas volanderas que escapan de la roca y se van al aire?
¿Cómo pudieron ellos...?
¿O eran ellas?

Verdores del Sáhara
En Tassili y otras comarcas del Sáhara, las pinturas rupestres nos ofrecen, desde hace unos seis mil años, estilizadas imágenes de vacas, toros, antílopes, jirafas, rinocerontes, elefantes...
¿Esos animales eran pura imaginación?
¿O bebían arena los habitantes del desierto?
¿Y qué comían?
¿Piedras?
El arte nos cuenta que el desierto no era desierto.
Sus lagos parecían mares y sus valles daban de pastar a los animales que tiempo después tuvieron que emigrar al sur, en busca del verdor perdido.
¿Cómo pudimos?
Ser boca o ser bocado, cazador o cazado.
Ésa era la cuestión.
Merecíamos desprecio, o a lo sumo lástima.
En la intemperie enemiga, nadie nos respetaba y nadie nos temía.
La noche y la selva nos daban terror.
Éramos los bichos más vulnerables de la zoología terrestre, cachorros inútiles, adultos pocacosa, sin garras, ni grandes colmillos, ni patas veloces.
Ni olfato largo.
Nuestra historia primera se nos pierde en la neblina.
Según parece, estábamos dedicados no más que a partir piedras y a repartir garrotazos.
Pero uno bien puede preguntarse: ¿No habremos sido capaces de sobrevivir, cuando sobrevivir era imposible, porque supimos defendernos juntos y compartir la comida?
Esta humanidad de ahora, esta civilización del sálvese quien pueda y cada cual a lo suyo, ¿habría durado algo más que un ratito en el mundo?

Edades
Nos ocurre antes de nacer.
En nuestros cuerpos, que empiezan a cobrar forma, aparece algo parecido a las branquias y también una especie de rabo.
Poco duran esos apéndices, que asoman y caen.
Esas efímeras apariciones, ¿nos cuentan que alguna vez fuimos peces y alguna vez fuimos monos?
¿Peces lanzados a la conquista de la tierra seca?
¿Monos que abandonaron la selva o fueron por ella abandonados?
Y el miedo que sentimos en la infancia, miedo de todo, miedo de nada,
¿nos cuenta que alguna vez tuvimos miedo de ser comidos?
El terror a la oscuridad y la angustia de la soledad,
¿nos recuerdan aquel antiguo desamparo?
Ya mayorcitos, los miedosos metemos miedo.
El cazado se ha hecho cazador, el bocado es boca.
Los monstruos que ayer nos acosaban son, hoy, nuestros prisioneros.
Habitan nuestros zoológicos y decoran nuestras banderas y nuestros himnos.

Eduardo Galeano

miércoles, 11 de junio de 2008

Señor morador,

Le informo que el contrato de alquiler que firmamos hace billones de años, está venciendo.
Precisamos renovarlo, pero tenemos que revisar algunos puntos fundamentales:

1 - Ud necesita pagar la cuenta de energía. Está muy alta! ¿Cómo gasta tanto?

2 - Antes yo le daba agua en abundancia, hoy no dispongo más de esta cantidad. Precisamos renegociar el uso.

3 - ¿Por qué ahora algunos comen lo suficiente, y otros están muriendo de hambre, si el campo es tan grande? ¡Si cuidara bien de la tierra, debería tener alimento para todos!

4 - Ud cortó los árboles que dan sombra, aire y equilibrio. El sol está muy caliente y el calor aumentó. ¡Usted debe replantar nuevamente!

5 - Todos los bichos y las plantas del inmenso jardín, deben ser cuidados y preservados. Busqué algunos animales, y no los encontré. Sé que cuando alquilé la casa ellos existían...

6 - No vi los peces que viven en los ríos y lagos. ¿Ustedes pescaron todos? ¿Dónde están?

7 - Necesitan verificar los colores extraños que hay en el cielo! ¡No veo el azul!

8 - Hablando de basura, qué suciedad, ¿eh? ¡Encontré objetos extraños por el camino! Telgopor, neumáticos, plásticos...

Bueno, es hora de que conversemos. Necesito saber si usted todavía quiere vivir aquí. Me gustaría que estuviera siempre conmigo, pero todo tiene un límite. Caso afirmativo, ¿qué puede usted hacer para cumplir el contrato? ¿Usted puede cambiar?

Aguardo respuestas y actitudes...

Su casera:
“LA TIERRA”

martes, 10 de junio de 2008

LA EÑE TAMBIÉN ES GENTE

La culpa es de los gnomos que nunca quisieron ser ñomos. Culpa tienen la nieve, la niebla, los nietos, los atenienses, el unicornio. Todos evasores de la eñe.

Señoras, señores, compañeros, ¡amados niños! ¡No nos dejemos arrebatar la eñe! Ya nos han birlado los signos de apertura de interrogación y admiración. Ya nos redujeron hasta el apócope. Ya nos han traducido el pochoclo. Y como éramos pocos, la abuelita informática ha parido un monstruoso # en lugar de la eñe con su gracioso peluquín, el ~.
¿Quieren decirme qué haremos con nuestros sueños?
Entre la fauna en peligro de extinción, ¿figuran los ñandúes y los ñacurutuces? En los pagos de Añatuya, ¿como cantarán Añoranzas? ¿A qué pobre barrigón fajaremos al ñudo? ¿Qué será del Año Nuevo, el tiempo de ñaupa, aquel tapado de armiño y la ñata contra el vidrio?

¿Y cómo graficaremos la más dulce consonante de la lengua guaraní?

"La ortografía también es gente", escribió Fernando Pessoa. Y, como la gente, sufre variadas discriminaciones. Hay signos y signos, unos blancos, altos y de ojos azules, como la W o la K. Otros, pobres morochos de Hispanoamérica, como la letrita segunda, la eñe, jamás considerada por los monóculos británicos, que está en peligro de pasar al bando de los desocupados después de rendir tantos servicios y no ser precisamente una letra ñoqui.

A barrerla, a borrarla, a sustituirla, dicen los perezosos manipuladores de las maquinitas, solo porque la ñ da un poco de trabajo. Pereza ideológica, hubiéramos dicho en la década del setenta.

Una letra española es un defecto más de los hispanos, esa raza impura formateada y escaneada también por pereza y comodidad. Nada de hondureños, salvadoreños, caribeños, panameños. ¡Impronunciables nativos! Sigamos siendo dueños de algo que nos pertenece, esa letra con caperuza, algo muy pequeño, pero menos ñoño de lo que parece. Algo importante, algo gente, algo alma y lengua, algo no descartable, algo propio y compartido porque así nos canta.

No faltará quien ofrezca soluciones absurdas: escribir con nuestro inolvidable César Bruto, compinche del maestro Oski. Ninios, suenios, otonio. Fantasía inexplicable que ya fue y preferimos no reanudar, salvo que la Madre Patria retroceda y vuelva a llamarse Hispania.

La supervivencia de esta letra nos atañe, sin distinción de sexos, credos ni programas de software. Luchemos para no añadir más leña a la hoguera donde se debate nuestro discriminado signo. Letra es sinónimo de carácter.

¡Avisémoslo al mundo entero por Internet! La eñe también es gente.

María Elena Walsh

EL VUELO DEL ABEJORRO

Anoche miraba por televisión un programa, trataba sobre el vuelo de los insectos y lo que pueden enseñarle al hombre respecto de la aerodinámica.

El programa mostraba el delicado vuelo de la mariposa, el sofisticado vuelo de mosca, el torpe volar de los escarabajos, el rítmico vuelode la abeja y el "imposible vuelo del abejorro".

Un ingeniero mecánico, especialista en aerodinámica decía que era imposible, desde la estructura corporal del abejorro, que éste pudiera volar: tiene una masa corporal demasiado grande para ser soportada por alas tan diminutas.

Con esas proporciones es imposible que ese "bicho" pueda volar. Habría que hacerle unas correcciones en su diseño estructural para que siquiera pueda sostenerse en el aire por unos cuantos segundos:

- Reducir su abdomen en un 40% de su tamaño.
- Agrandar sus alas en un 100%.
- Quitarle la vellosidad que lo caracteriza para que no oponga resistencia al aire.

Aún con estos cambios - decía el especialista - será un volador muy torpe y no podrá sostenerse durante mucho tiempo en el aire. Sin embargo, mientras el técnico se esforzaba por demostrar la imposibilidad del vuelo del abejorro, allí estaba este bicho negro, desproporcionado y peludo volando plácidamente contra toda ley aerodinámica, libando despreocupado el néctar de una flor.

Por fortuna el abejorro no ve Discovery Chanel, ni presta atención a los supuestos especialistas.

La enseñanza que me dejó este programa fue que, en último término, nosotros mismos tenemos el poder de decidir lo que creemos y esperamos de nosotros. No permitamos que nos pongan limitaciones sobre lo que podremos llegar a ser.

Es triste encontrarse con muchachos que se consideran torpes, o brutos, o malos, porque eso fue lo que escucharon constantemente delos labios de sus propios padres.

Aprendamos del abejorro: nadie se eleva más allá de sus propias expectativas. Si esperas poco de ti mismo, darás poco. Si piensas en grande, alcanzarás grandezas.

No les cortes las alas a tus seres queridos. Si les enseñas a soñar volarán muy alto y ¡quién sabe cuál será la próxima flor que visiten!

(desconozco su autor)

domingo, 8 de junio de 2008

Instrucciones para salvar el mundo

La última palabra
Entrevista a Rosa Montero por María Luisa del Río
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La escritora española conversó con Somos a propósito de su última novela, Instrucciones para salvar el mundo (Alfaguara). No tiene claro si es posible salvarlo, pero en eso anda.
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¿A qué le temes?
Personalmente, al dolor físico y a que a mi familia y mis amigos les suceda alguna desgracia. En general, me espanta la crueldad.

¿Cómo salvar al mundo?
Al mundo no hay quien lo salve, y si alguien dice que puede hacerlo lo mejor es salir corriendo lo más deprisa posible, porque los salvadores del mundo son los mayores asesinos de la historia. Lo que sí podemos hacer es intentar salvar o mejorar nuestro pequeño mundo.




¿Cómo pasas la noche?
A veces, se me dispara la cabeza y empiezo a martirizarme con pequeños problemas que, por las noches, adquieren dimensiones desmesuradas. Pero en esos momentos sirve de mucho ponerte a pensar en la novela que estás escribiendo.

¿Existe la literatura femenina?
Desde luego que no. Uno escribe desde todo lo que es, desde su lengua, sus lecturas, su edad, su situación social, económica, familiar: también, desde el hecho de ser hombre y mujer, pero ese es un ingrediente más entre cientos, y no se puede objetivar una literatura solo por el hecho del sexo. Por ejemplo, yo creo que hay más diferencia en la contemplación del mundo entre los autores y autoras que vienen de un medio rural y entre los que provienen de una gran ciudad, que entre los hombres y las mujeres.

¿Por qué tienes una salamandra tatuada en el brazo?
Me encantan los lagartos, son como los dragones de los cuentos infantiles pero de verdad, o como una miniatura de los dinosaurios, son bichos primordiales, antiguos, sabios. Además, la salamandra es un animal mágico que se supone que no se quema en el fuego (es mentira, es solo un mito, no se te ocurra lanzar una salamandra a las llamas) y viene a ser un mito de regeneración semejante al del ave fénix.



Dice en tu novela que el mundo se divide entre los que saben amar y los que no saben. ¿Cómo ama el que sabe y cómo actúa el que no sabe?
El que ama sabe que vive con los otros, sabe que el ser humano es un animal social y que la vida no merece la pena llamarse vida si no se vive con los demás. Es decir, posee empatía y puede ponerse en el lugar del otro. Y el que no sabe, solo se mira su propio ombligo.



¿De qué manera te engríes a ti misma?
Me engrío poco. Soy híper responsable, perfeccionista, bastante culposa y tiendo al caos y el estrés.



¿Cuánto te quieres a ti misma?
En eso sí que he llegado a cierta armonía, a aceptarme y quererme lo suficiente.



Decías, hace muchos años, a propósito de tu novela Pasiones, que mientras más individualista es una sociedad más necesita de la pasión. ¿Por qué lo dices?
Porque la pasión amorosa es una de las vías de trascendencia del yo, una vía poderosísima, y todos necesitamos salirnos de nosotros mismos porque al trascender nuestra individualidad somos eternos, al salir de nosotros nos escapamos de nuestra propia muerte, que siempre nos espera acurrucada en el fondo de nuestra soledad.



¿Has estado a punto de perder la cabeza por una gran pasión?
He perdido bastantes veces la cabeza por simples pasiones, pero ya hace tiempo.



¿Qué te entristece?
Como he dicho al principio, me entristece y angustia la crueldad humana.



¿Qué te hace reír?
Muchísimas cosas. A menudo la vida es un disparate desternillante.



¿De qué estás harta?
De mi dificultad para pararme, de mis nervios, de mi tendencia al estrés.



¿De qué te arrepientes?
De nada. No merece la pena. No se puede cambiar lo hecho.



¿Por qué te gusta ser mujer?
Porque ahora mismo estamos en general menos disociadas, menos arrasadas por el sexismo que los hombres.



¿Qué te falta?
Tiempo.



¿Qué te sobra?
Compromisos idiotas que no quiero hacer pero en los que me involucro tontamente.



Revista SOMOS, El Comercio
Lima, 7 de junio de 2008