lunes, 8 de junio de 2009

FedeRey


De pie, señores. Su Majestad, Roger Federer, completó su obra más imponente, la que nadie olvidará: ganó por primera vez Roland Garros, el único Grand Slam que le faltaba, e igualó el récord mundial de 14 títulos de la máxima categoría. ¿Qué más se le puede pedir? Nada. O muy poco, según las exigencias de cada uno. El relojito suizo volvió a funcionar a pleno y le puso la frutilla al postre, ratificando ser el mejor tenista de la historia. Sin ninguna duda.
Al grito de "Roger, Roger, Roger...", el público parisino le tributó una ovación de esas que conmueven hasta las lágrimas. Y no solo a él, a su grupo de trabajo, a sus familiares y a sus millones y millones de fanáticos, sino a muchísimos otros que vieron, en el mundo entero, cómo ese extraordinario talento consumó la hazaña por la que tanto sufrió y por la que tanto soñó. Como nunca antes y, probablemente, como nunca se repita, todos se rindieron a sus pies.
Cuántas cosas hay para contar, para analizar y para demostrar por qué ya se lo considera el más grande de todos los tiempos. Por eso los elogios de Andre Agassi en la premiación, al entregarle la Copa de los Mosqueteros, y también las felicitaciones de Pete Sampras y de Rafael Nadal, su archirrival. Los mismos que se suman a otros monstruos que lo admiran, como Björn Borg, Rod Laver y John McEnroe. Y siguen las firmas...
Así en el deporte como en la vida, dos frases son famosas por aquello de apoyarse en el sacrificio, de nunca claudicar en la lucha y en los sueños, de intentar y ser perseverante. Hoy, más que nunca, Federer entiende que "el que busca, encuentra" y "querer es poder" son el fiel reflejo de lo que tanto insistió y se esmeró por alcanzar. Es que consiguió dos marcas que lo ponen en otra dimensión, en la de los máximos genios, con esa aureola propia de los elegidos.
Roger se iluminó, como nunca antes, en la Ciudad Luz y logró una proeza titánica en la lenta arcilla parisina. Y lo hizo por partida doble. Es que se convirtió en el sexto varón en ganar al menos una vez cada uno de los cuatro torneos de Grand Slam y empató el récord de Sampras, de 14 títulos de ese calibre. Como si fuera poco, igualó a Agassi, otro héroe estadounidense, al ser el segundo en obtener los cuatro Mayors en cuatro superficies diferentes.
Por eso, los organizadores del Abierto de Francia no tuvieron mejor idea que convocar a Agassi para darle el trofeo, ya que fue él, hace justamente diez años, en el mismo estadio, el último en haber alcanzado esa hazaña, completando el cuarteto más soñado del tenis. Por eso, todos reconocen el inmenso valor de lo conseguido por Federer. Y no es casualidad que Sampras afirme que "si alguien se merecía esto, ese era Roger".
Lo mismo, exactamente, lo admitió Nadal, esa muralla española dueña de la mejor defensa y que mejoró en el rubro agresividad, quien había frenado el gran sueño parisino del suizo en las finales de los tres años anteriores. Esto deja en claro ya no sólo la inmensa calidad tenística de Federer, sino también su estatura humana, aún cuando jugando parezca un extraterrestre, ya que ninguno lo envidia y todos esperaban esta proeza inolvidable.
En un deporte tan individual y egoísta como el tenis, este tipo de gestos no hacen más que enaltecer la figura de Federer, ese atleta tan ejemplar, dueño de un estilo sumamente completo, vistoso, dúctil y ofensivo, sustentado en un saque tan letal como oportuno, una derecha prodigiosa y un juego de altísima regularidad en todas sus facetas, con una excelente lectura de lo que hacen sus rivales, una movilidad sensacional para estar siempre bien ubicado y encima de la pelota y una genial capacidad resolutiva.
¿Qué más se le puede pedir? Ah, como si algo le faltase, tiene una mentalidad ganadora y positiva, que suele ser contundente, en la que se apoya para ser casi siempre la sombra negra de sus rivales. Claro que podrá aparecer alguno que diga, y con certeza, que Nadal le gana seguido, al punto de que venía de derrotarlo en las finales de Roland Garros y Wimbledon del 2008 y este año en la de Australia.
Esta vez, ese Nadal que parecía imbatible en polvo de ladrillo y que buscaba su quinta corona al hilo en París se encontró con el durísimo pegador Robin Soderling, que lo eliminó, ante el asombro de todos, en los octavos de final. El sueco siguió haciendo ruido, afirmado en su potentísima derecha, y trepó a su primera definición de un Mayor. Pero allí se encontró con Federer, nada menos, que le tiró la camiseta. Sí, literalmente.
Aún cuando se sabía todo lo que había en juego, que el helvético afrontaba el partido más importante de su vida, arrasó con Soderling en el primer set. Ya cuando el trámite fue parejo, el suizo disputó, como él aseguró, "mi mejor tie-break". Con esa ventaja de 2-0 en sets, siguió con el pulso firme y selló su victoria más mentada en tres parciales, para terminar arrodillado, llorando como un niño, en ese rojizo polvo parisino, el póstumo del planeta.
Muchos -seguramente casi todos- creyeron hasta hace un mes, incluido el propio Federer, que esta vez no podría sacarse la espina que tenía clavada, la de ganar finalmente el Abierto de Francia. Es que venía perdiendo con Nadal, había cedido el puesto N° 1 del ránking y llevaba meses sumando derrotas antes increíbles y con pocas alegrías de las grandes. Pero venció con autoridad al español en la altura de Madrid y empezó a creérsela, en el mejor de los sentidos.
En pleno Roland Garros, ya siete días antes de su consagración, Soderling abrió el cuadro dejando afuera de carrera a Nadal y allí todos supieron que podían tener una oportunidad única. Enseguida, el rótulo de gran candidato pasó a manos de Roger. Y él, como un auténtico grande, así lo entendió y lo reconoció, ya con la copa en su poder. "Sabía que el día que Rafa no estuviera en la final, yo estaría aquí y la ganaría", dijo feliz. Y vaya si lo consiguió.
En el mismo torneo que dos latinoamericanos hicieron de las suyas, llegando el argentino Juan Martín del Potro a ponerse 2-1 en sets contra Federer en semis y el chileno Fernando González levantando un partido heroico ante Soderling en la otra semifinal y desaprovechando una ventaja de 4-1 en el quinto capítulo, más que nunca el suizo hizo historia con ese sello indeleble de los consagrados. Y así eclipsó a los demás colegas.
Es cierto que Federer sufrió más de la cuenta para llegar a esta final, que había perdido seis sets en los seis triunfos previos, pero siempre supo imponerse gracias a su mentalidad ganadora. Es que, pese a lo que algunos creen, el helvético se hizo más fuerte que nunca en la adversidad. Y el caso más llamativo y dramático lo vivió en octavos, cuando caía 2-0 en sets ante el alemán Tommy Haas y sacaba 3-4 y 30-40. Allí conectó una derecha invertida terrible y todo cambió. Fue su click.
Por entonces, ya con Nadal afuera, Federer sabía que el peso del favoritismo podía ser una mochila molesta de llevar. Pasó luego algunos apuros contra Del Potro, pero tuvo frialdad, variantes y estrategias apropiadas, gracias a su gran inteligencia táctica, para sortear los distintos obstáculos que se lo pusieron por delante. Por eso, el tenis hizo justicia y, como la inmensa mayoría quería, el suizo saldó su única deuda.
A dos meses de cumplir 28 años, este diestro supercompleto, en ciertas ocasiones criticado por ser frío a la hora de algunos festejos, concretó el sueño de conquistar también Roland Garros, ese anhelo que tantos exponentes de un tenis ofensivo y agresivo se quedaron sin lograr, llámense los Sampras, McEnroe, Connors, Becker y Edberg. Además, igualó el récord de 19 finales de Grand Slam que llegó a disputar el checo-norteamericano Ivan Lendl.
En menos de seis años, desde Wimbledon 2003, Federer ganó 14 definiciones de Mayors y perdió cinco, con una efectividad asombrosa. Y pese a que Nadal lo superó en el ránking, donde ahora el suizo, su escolta, se le acercó gracias a esta victoria, no cesó en la lucha. Eso lo hace aún más grande todavía. Es más: logró estos 14 títulos sobre 40 Grand Slam jugados, mientras que Sampras consiguió esa cifra en 52 participaciones, ya con 31 años y tras casi 13 temporadas entre la primera y la última coronación.
Sólo dos hombres, el estadounidense Donald Budge, en 1938, y el australiano Rod Laver, en 1962 y 1969, pudieron obtener los cuatro grandes certámenes en la misma temporada, pero quién les quita lo bailado a Agassi, Federer, el inglés Fred Perry y el australiano Roy Emerson, quienes también ganaron los cuatro Mayors, aunque en distintos años. Por eso, el suizo hizo historia y el mundo se rinde a sus pies.
Ahora, indudablemente, se sacó un enorme peso de encima y es evidente que podrá intentar en Wimbledon superar a Sampras, si logra adjudicarse su 15° Grand Slam. Hasta ahora, Federer sumaba cinco coronas en Wimbledon, cinco en el US Open y tres en el Abierto de Australia, mientras que con esta en Roland Garros mejoró la calidad de lo hecho por Sampras, ya que el estadounidense nunca conquistó París.
Así, se entiende que Roger, dueño de 59 títulos en total, diga que "ya puedo estar tranquilo, por fin gané Roland Garros. Esto me quita mucha presión y ahora puedo jugar en paz por el resto de mi carrera". Eso, sin dudas, puede resultar letal para sus rivales. Feliz, redobla la apuesta consigo mismo y con la historia. Hoy, Federer, recién casado y en camino a ser papá por primera vez, se hizo el mejor de los regalos. Se lo tenía bien merecido. De pie, señores, su Majestad tocó el cielo con las manos.

Buenos Aires.
Gustavo Goitía es editor de ESPNdeportes.com. Es periodista especializado en tenis desde 1989, y se desempeñó como redactor en los diarios La Nación, Clarín y en el deportivo Olé, todos de Buenos Aires; además fue comentarista en el canal TyC Sports. Consulta su archivo de columnas.

lunes, 6 de abril de 2009

Espárragos contra el cáncer


Espárragos Vs. Cáncer



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viernes, 27 de marzo de 2009

NADA PUEDE DETENERTE

Edición: Sol O'Connor

Crédito: Xpanssion Caal - Youtube

martes, 3 de marzo de 2009

Buenos deseos

Hoy es 3 de marzo de 2009. Nací hace 48 años y he tenido la suerte de recibir muchos saludos cariñosos. Sin embargo, no puedo dejar de compartir estos deseos que una amiga querida me envió por esta bendita vía que es internet. Estoy segura de que le vendrán bien a todo aquel que los lea.
"Que no tropieces en tus caminos, que tus cielos estén despejados, que siempre oigas la música del aire, del mar y de los pájaros. Que tu vida transcurra tranquila y suave, como un arroyo donde uno quiere sentarse en la orilla y ver las mariposas y los picaflores mientras huele la menta y ve plateados pescaditos... Que no te toquen olas torrentosas, truenos, relámpagos y tempestades desatadas tirando árboles y nidos... Que cuando salgas de tu casa esté el aire tibio. Que en tu jardín haya hadas y duendes, flores, y esté todo verde... Que las guerras no te toquen".

Gracias, María Angélica, tus lindos deseos llenaron mi día.

jueves, 22 de enero de 2009

Un relato positivo

Los japoneses siempre han gustado del pescado fresco. Pero las aguas cercanas a Japón no han tenido muchos peces por décadas. Así que para alimentar a la población japonesa, los barcos pesqueros fueron fabricados más grandes y así pudieron ir mar adentro todavía más lejos. Mientras más lejos iban los pescadores, más era el tiempo que les tomaba regresar a la costa a entregar el pescado. Si el viaje redondo tomaba varios días, el pescado ya no estaba fresco. A los japoneses no les gusta el sabor del pescado cuando no es fresco...

Para resolver este problema, las compañías pesqueras, instalaron congeladores en los barcos pesqueros. Así podían pescar y poner los pescados en los congeladores. Además los congeladores permitían a los barcos ir aún más lejos y por más tiempo. Sin embargo, los japoneses pudieron percibir la diferencia entre el pescado congelado y el pescado fresco, y no les gustó el pescado congelado. El pescado congelado se tenía que vender más barato, así que las compañías instalaron tanques para los peces en los barcos pesqueros. Podían así pescar los peces, meterlos en los tanques, mantenerlos vivos hasta llegar a la costa de Japón. Pero, después de un tiempo, los peces dejaban de moverse en el tanque. Estaban aburridos y cansados, pero vivos. Desafortunadamente, los japoneses también notaron la diferencia del sabor. Porque cuando los peces dejan de moverse por días, pierden el sabor 'fresco-fresco'. Los japoneses prefieren el sabor de los peces bien vivos y frescos, no el de los peces aburridos y cansados que los pescadores les traían...

¿Cómo resolvieron el problema las compañías pesqueras japonesas? ¿Cómo consiguieron traer pescado con sabor de pescado fresco? Si las compañías japonesas te pidieran asesoría, ¿qué les recomendarías?

La solución que encontraron los japoneses es por demás original, Invitaron a un tiburón a sus tanques... Así es como los peces japoneses se mantienen vivos: para mantener el sabor fresco de los peces, las compañías pesqueras todavía ponen a los peces dentro de los tanques en los botes pesqueros. Pero ahora ellos ponen también ¡un tiburón pequeño! Claro que el tiburón se come algunos peces, pero los demás llegan muy, pero muy vivos... ¡Los peces son desafiados! Tienen que nadar durante todo el trayecto dentro del tanque, ¡para mantenerse vivos!

Aplicar el principio de resolución del problema de los pescadores japoneses a las personas, es aplicar lo que dijo L. Ron Hubbard a principios de los años 50. 'Las personas prosperan, extrañamente más, solo cuando hay desafíos en su medio ambiente'. Hubbard escribió en su libro -Los beneficios de los desafíos- 'mientras más inteligente, persistente y competente seas, más disfrutas un buen problema'. Si tus desafíos son del tamaño correcto, y si poco a poco vas conquistando esos desafíos, te sientes feliz. Piensas en tus desafíos y te sientes con energía. Te emociona intentar nuevas soluciones. Te diviertes, ¡te sientes vivo!

Tan pronto como alcanzas tus metas; tales como empezar una nueva empresa, pagar tus deudas, encontrar una pareja maravillosa, o lo que sea, tal vez pierdas la pasión. Ya no necesitarás esforzarte tanto, así que sólo te relajas. Experimentas el mismo problema que las personas que se ganan la lotería, o el de aquellas personas que heredan mucho dinero y que nunca maduran, o el de las personas que se quedan en casa, que se hacen adictos a los medicamentos para la depresión o la ansiedad.

En lugar de evitar los desafíos, brinca hacia ellos y dales una paliza. Disfruta el juego. Si tus desafíos son muy grandes o son demasiados, nunca te rindas. El fracaso te cansará aún más.

Mejor, reorganízate. Encuentra la determinación, la información, el conocimiento y la ayuda que requieras. Cuando alcances tus metas, proponte otras mayores. Una vez que satisfagas tus metas familiares, busca alcanzar las metas de tu grupo, tu comunidad, hasta de la humanidad completa.

Nunca crees el éxito para luego acostarte sobre él. Tú tienes recursos, habilidades y capacidades para lograr lo que sueñas, para hacer la diferencia, para lograr el cambio que te propones.

Así que, invita un tiburón a tu estanque, y descubre ¡qué tan lejos realmente puedes llegar este año! Hay que procurar mantenernos siempre rodeados de tiburones, al fin y al cabo sobran, y aunque hay algunos con los dientes más afilados, piensa que a la larga son los que nos ayudan más...

sábado, 10 de enero de 2009

Haiku

Otro verano...
Las mismas predicciones.
Nuevos deseos.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Que el maquillaje no apague tu risa...

Que el maquillaje no apague tu risa
que el equipaje no lastre tus alas
que el calendario no venga con prisas
que el diccionario detenga las balas…

Que las persianas corrijan la aurora
que gane el “quiero” la guerra del “puedo”
que los que esperan no cuenten las horas
que los que matan, se mueran de miedo…

Que el fin del mundo te pille bailando
que el escenario te tiña las canas
que nunca sepas ni cómo ni cuándo
ni ciento volando, ni ayer ni mañana…

Que el corazón no se pase de moda
que los otoños te doren la piel
que cada noche sea noche de bodas
que no se ponga la luna de miel…

Que todas las noches sean noches de bodas
que todas las lunas sean lunas de miel…

Que las verdades no tengan complejos
que las mentiras parezcan mentiras
que no te den la razón los espejos
que te aproveche mirar lo que miras…

Que se divorcie de ti el desamparo
que cada cena sea tu última cena
que ser valiente no salga tan caro
que ser cobarde no valga la pena…

Que no te compren por menos de nada
que no te vendan amor sin espinas
que no te duerman con cuentos de hadas
que no te cierren el bar de la esquina…

Que el corazón no se pase de moda
que los otoños te doren la piel
que cada noche sea noche de bodas
que no se ponga la luna de miel…

Que todas las noches sean noches de bodas
que todas las lunas sean lunas de miel…




Estos son mis deseos para ustedes en este nuevo año que viene sin estrenar. Tratemos de no gastarlo tan pronto y si lo gastamos, que sea en buenas cosas y cosas buenas.
¡Feliz 2009!
Sol O'Connor


Canción: "Noches de Bodas" (Joaquín Sabina)
Concierto: Dos pájaros de un tiro: Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina - 2007

domingo, 7 de diciembre de 2008

sábado, 6 de diciembre de 2008

garabato...


Calcular las palabras...
Como si fueran cifras
como tablas de multiplicar
como la suma y la resta
como números exactos...

Calcular las palabras...
Para no disgustar
para no caer mal
para saber estar
para poder ganar...

Calcular las palabras...
Cuando los dígitos sobran
cuando la letra es hermosa
cuando existen mil matices
cuando de vida se trata.

Sol O'Connor

jueves, 4 de diciembre de 2008

Cero en Ecología


Zero Ecology

From: Mariasoledad77,
11 minutes ago


Zero Ecology
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Descriptivas imágenes de la realidad que hoy vivimos.



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lunes, 1 de diciembre de 2008


Una de las claves del respeto, y por consiguiente de la alegría interna y la iluminación, es aprender a ser agradecido y a dar las gracias con gratitud y con una adecuada comprensión. Ciertamente me dirán que algunas veces no hay por qué dar las gracias, y que eso cultiva una actitud inocente, pasiva y débil. En verdad, la gratitud es todo excepto debilidad. Abre la puerta a una ciencia y conocimiento superiores. Un acto emanado de la gratitud es siempre beneficioso y bello. No saber dar las gracias no significa fortaleza en lo absoluto, sino debilidad. Una persona prisionera de su descontento cae en estados mentales negativos que le roban su fuerza y su energía.
La expresión "gracias" no es una mera frase educada y convencional. Es, por sobre todo, una frase mágica, un encantamiento sagrado, un poderoso mantram trasmitido a todas las personas por los grandes maestros espirituales y sus discípulos más iluminados. Sí, muchas costumbres de la vida que practicamos en forma inconsciente fueron originalmente instituidas por seres de luz que deseaban ayudar a la humanidad. La expresión "gracias" tiene el poder de abrir la conciencia y despertar a la verdadera riqueza. Aquellos que saben dar las gracias cuando caen en las pruebas, demuestran su valor interno y su conexión con una conciencia superior. Un agradecimiento tal debe provenir de una clara conciencia y de un perfecto conocimiento de las leyes de la vida. Entonces posee el poder alquímico para transformar las situaciones y los estados mentales.
Cuando se dice de la forma correcta, el agradecimiento tiene la virtud de purificar el alma terrenal y las relaciones entre los seres. Dar las gracias a alguien es purificar la atmósfera entre tú y esa otra persona. Algunas veces incluso puede sanar relaciones karmáticas y situaciones difíciles. "Gracias" ejerce un poder liberador; permite el desapego, el abandono (o la aceptación de las cosas), y facilita el perdón. Puede convertirse en una verdadera bendición para uno mismo y para otros; puede ser una muralla de defensa contra las fuerzas de la oscuridad que con frecuencia tratan de interferir en nuestras vidas para perturbar furtivamente, complicarlo o destruirlo todo. Por medio de la gratitud, también se puede crear una firme base --una sobre la cual se pueda construir una vida útil, armoniosa, rica y consciente--, en el aspecto psicológico de la vida.
Las virtudes de la gratitud son demasiado numerosas para describirlas; lo más sencillo es conocerlas por experiencia propia, poniendo en práctica la gratitud. Sin duda que necesitaremos una nueva percepción del mundo mucho más espiritual y sutil. Es en el mundo invisible donde el agradecimiento adquiere todas sus dimensiones. Por supuesto, si vivimos sin espiritualidad, sin conciencia, si damos la espalda al mundo invisible, admito entonces que dar las gracias pueda convertirse en una debilidad: para un ignorante, el agradecimiento es la muerte. Pero creo que nosotros aún no llegamos a esto.
Para quienes están conscientes de su espiritualidad y, por tanto, de la parte más sutil de su ser y de la vida, agradecer es incrementar la intensidad de la vida. El descontento estrecha la vida, mientras que la gratitud la expande, la aumenta, incrementa la alegría, y abre las puertas del infinito, del amor. Aquellos que reciben amor con gratitud lo reciben doblemente, mientras que quienes están descontentos lo pierden. La gratitud es el arte de saborear la vida con agrado; es también una aceptación inteligente y trabajo sobre uno mismo. El niño pequeño que recibe muchos cuidados no puede tener recogijo, mientras crea merecerlo todo. Vivir una mentira es sentenciarse uno mismo a infortunios y a desilusión.
Estoy convencido de que la alegría depende de nuestra actitud en la vida. Si tu agradecimiento contiene todo lo que es del cielo, entonces se convierte en una fabulosa oración y en un regalo de amor. Quien pronuncia las "gracias" de esta manera, comprende que nada en esta tierra le pertenece, y que todo es un regalo de los seres superiores que velan por él. Ni siquiera su cuerpo, sus pensamientos o sus deseos le pertenecen. Dar las gracias por todas estas bendiciones es estar en camino de adquirirlas verdaderamente, y de hacer algo positivo con ellas. Cuando el agradecimiento se transforma en una oración, adquiere el poder de triunfar sobre las fuerzas oscuras y los estados mentales negativos que envenenan la vida.
Cada vez más y más, el mundo se asemeja a una selva infestada de insectos y animales extraños, hasta el punto de encontrarse uno en situaciones donde los estados mentales oscuros invaden la conciencia y la sensibilidad como una nube de mosquitos, en forma cada vez más frecuente. Ya no sabemos cómo escapar a esos estados destructivos. El gran agradecimiento "aquel que conoce el sendero hacia el mundo superior invisible" puede liberarnos. Repito lo que digo, porque para mí el agradecimiento que se eleva al cielo con respeto y gratitud es la oración más hermosa. Ahora, es la oración más eficaz para sacar a los seres humanos del control de las fuerzas oscuras y los estados mentales negativos. La palabra "gratitud" también significa renacer a uno mismo.
Finalmente debemos comprender que hemos permitido una forma de vida artificial que incrementa el desarrollo de la negatividad. Por eso, tanto en el futuro como en el presente, las técnicas de alquimia interna serán cada vez más indispensables. Sin ellas, será imposible luchar para mantener la propia dignidad, el tesoro del alma, la belleza interior. Debemos reinventar una nueva forma de vivir en la tierra para poder recobrar las fuerzas del alma que abren las puertas del cielo y de la iluminación. Esta es una necesidad para el futuro.
Cuando los seres humanos llevan el cielo y la tierra dentro de sí mismos, no hay fuerzas negativas que puedan penetrar en ellos. Entiéndanme bien: para mí el descontento es una fuerza negativa. Claro que hay un tipo de descontento que es beneficioso, porque permite ponernos a trabajar aún más para alcanzar la perfección, pero este descontento es mesurado y controlado, es una herramienta de la creatividad. No estoy refiriéndome a éste, sino al que invade el alma y lleva al servilismo, cerrando las puertas a la inteligencia superior.
"Gracias" es una palabra que une al cielo y la tierra. Cuando el agradecimiento es sincero y está lleno de fuerza vital, tiene el poder de tocar y despertar ese centro íntimo que radica en el estómago y que los japoneses denominan el "hara". La verdadera fuerza proviene del profundo agradecimiento que toca el centro del ser uniendo cielo y tierra. Quien sabe cómo agradecer a la tierra, halla el fundamento de la vida psicológica. La tierra limpia, purifica y sana muchos problemas psicológicos, e incluso enfermedades físicas, porque ambos están estrechamente relacionados.
Quien sabe cómo agradecer a la inteligencia de los cielos halla dirección en su meta en la vida. Es una luz que ilumina con verdadero conocimiento. Todo lo que necesitamos hacer es ponernos a trabajar. Muchas cosas en nuestra vida dependen de la forma en que dirigimos nuestras energías. La inteligencia no radica en digerir las cosas como una cotorra, sino en la capacidad de comprender el significado positivo de la vida y caminar en esta dirección por nuestro bien, por el de los demás, y por el mundo. Todos en la tierra deben ofrecer sincero y cálido agradecimiento a todos los seres --no al pequeño ser artificial en ellos, sino al Innombrable, omnipresente. La aceptación de lo divino, sublime, infinito, inmortal, a través de todos los seres humanos y a través del Todo es la perfección del agradecimiento.
Olivier Manitara


domingo, 23 de noviembre de 2008

Toques Zen para su vida diaria

Toques Zen
Por: Frieda Holler Figallo
PERÚ 21
Mi amiga Marisol O'Connor con su sentido del equilibrio me envió este significativo mensaje de proverbios chinos que comparto con usted para que reaccione y cambie:

Tenga un proyecto de vida, mas esté abierto para percibir las señales del camino. Sea flexible como los gajos de un árbol al viento, así nada podrá quebrarlo.

Encienda un incienso. Él marca el tiempo de su meditación o de cualquier actividad y purifica el ambiente. Además de eso, según los monjes Zen-budistas, el humo esparce bienestar a todos los seres y eleva su espíritu.

Tenga cerca una caja de arena, con algunas piedras y modifique cada día la posición de ellas y el trazado de los granos. Mover el jardín Zen es una forma de aquietar la mente: todo está cambiando en todo momento, un día es diferente de otro y usted puede crear su presente.

En el trabajo, cuando estuviera en una situación de conflicto o recibiera una provocación, no reaccione inmediatamente. Respire y preste atención, siempre hay una manera de resolver las cuestiones de forma pacífica, con respeto, amorosamente. Caso contrario, usted entra en la sintonía de acciones y pensamientos negativos, dañinos para los otros y para usted mismo.

En el tránsito, manténgase atento y gentil con los otros conductores. Mantenga distancia y ceda el paso. Si está muy alterado con la espera, tenga en el vehículo música tranquila y algunos caramelos. Eso baja la ansiedad y suaviza el enojo e impaciencia.

Simplemente sea lo que es. Acepte su cuerpo y sus pensamientos.

Acuérdese de mirar hacia el cielo. Eso expande los límites de la mente y nos recuerda que somos una pequeña parte del inmenso Universo, que está siempre en movimiento.

Al hablar, use palabras de cariño y respeto, pues usted está delante de otro ser humano, sea quien fuera.

Reserve algún tiempo para no hacer nada: no piense, no contemple, no desee cambios.

En cada gesto simple de lo cotidiano, puede descubrir nuevos placeres. Saboree el agua y cada alimento como un bien precioso, una fuente de energía vital. Cuando esté comiendo o cocinando, no desperdicie.

Comience el día sentándose con la columna recta, perciba su respiración, los latidos de su corazón, sus tensiones, sus pensamientos. Quédese así por algunos minutos, después respire hondo y salga al mundo dispuesto a aceptar el día como venga, como si fuese el primero de su vida.
Viva el momento presente. El pasado se fue y el futuro aún no existe. El aquí y ahora es la única realidad.
La respiración tiene el poder de cambiar rápidamente su estado de ánimo. En situaciones de estrés, ansiedad, enojo, tristeza, calme su respiración y tenga en mente que todas las situaciones son pasajeras, que todo está en constante transformación.

Preste atención en todo lo que hiciere y mire las acciones y los comportamientos repetitivos como una nueva oportunidad de percibir la vida con más cuidado y amor.
Estos maravillosos pensamientos simples y sencillos están basados en la cultura y educación china, tienen un gran significado y practicarlos hará que cambie sus hábitos y mejore su calidad de vida que bien se lo merece.

Lima, 31 de octubre de 2008

http://es.youtube.com/watch?v=LFwSv-Icqb8

viernes, 21 de noviembre de 2008

LA PODEROSA MÚSICA DEL AGUA


La música del agua es una poderosa corriente espiritual que ha sido bellamente canalizada por los grandes compositores de todas las épocas, tanto clásicos como populares… y de igual manera, el agua lleva en sí misma una mágica cualidad de producir sonido que, tal como lo han comprobado meditadores antiguos y contemporáneos, posee un efecto sosegador, sanativo, que nos vincula con las dimensiones trascendentes del Ser.
Sí, basta prestar un mínimo de atención para percibir cómo el agua genera, en todas partes, una sonoridad suave y eterna, que trasciende a eras y héroes, a razas y civilizaciones.

A muchas personas les proporciona calma el sonido del mar o les agrada sobremanera el meloso rumor de una cascada… o, simplemente, piensan que no hay mejor canción de cuna que el goteo de la lluvia nocturna precipitándose sobre el sólido techo de la casa.

De igual forma, hoy día es moneda corriente la edición de discos compactos donde se mezclan los diversos sonidos del agua con música académica o "new age". Tales productos son adquiridos por personas estresadas que meditan –en la urbana reclusión de sus casas o apartamentos- recreando en sus mentes ese entorno natural que la dinámica humana se ha empeñado en destruir.

Tal afición por meditar al son del agua parece ratificar la conseja de que el líquido elemento es el más musical de la naturaleza. Aunque, claro está, la musicalidad del agua no siempre es apacible… ¡y a veces se torna furiosa y frenética, como cuando se trata de vaguadas, tifones o huracanes!

Infinita música del Espíritu

Según antiguos místicos chinos, si alguno de ustedes se sentara a la vera del gran río Amarillo en estado de meditación podría escuchar cómo una interminable canción de una sola nota se desprende de ese inmenso cuerpo fluvial. Tal nota equivale al sí de la escala de Occidente y reporta infinita paz a quien la percibe.

Esta visión contemplativa y espiritual del río la vemos refrendada en la extraordinaria novela "Siddhartha", en donde el autor suizo Hermann Hesse (Premio Nobel de Literatura en 1946) nos describe cómo el protagonista Siddhartha y su amigo Vasudeva alcanzan la Iluminación –el preclaro estado de budeidad- al oír la Voz plural del río:

"Aunque muchas veces había escuchado esa infinitud de voces del río, esta vez le parecieron nuevas. Pronto no pudo distinguir ya las voces alegres de las llorosas, las infantiles de las varoniles, todas se les confundían y entremezclaban… Y cuando Siddhartha escuchaba atentamente ese río, aquel canto orquestado por miles de voces, entonces, la gran canción de las mil voces se reducía a una palabra, y esa palabra era OHM, la Perfección".

En ese mismo sentido, muchos sabios del Oriente han equiparado el Nirvana a la gota (del ego) que se disuelve en el océano (de la Conciencia Absoluta).

En todo caso, el amable lector o lectora no precisa trasladarse a tierras hindúes o chinas para beneficiarse del sedativo efecto que tiene el sonido del agua sobre nuestra psique. Basta allegarse a un balneario, río o lago cercano; distenderse sobre la mullida hierba de una vera o sobre las finas arenas de una playa; cerrar los ojos tal como lo hicieran el sabio Siddhartha y su colega Vasudeva y, finalmente, comprobar lo que antiguos místicos y modernos psicólogos han corroborado: que el escuchar el plácido sonido del agua nos retrotrae a realidades fascinantes, trascendentales.

En la práctica espiritual del Oriente existe un viejo axioma que dice: "El sonido es vibración; la vibración es energía". Algunos sonidos nos sosiegan; otros nos aturden; algunos nos pacifican, energizan; otros nos alienan; el sonido del agua es sagrado porque, tal como lo ha comprobado la ciencia, la vida –en nuestro plano físico- surge y se nutre del líquido elemento… y sin él, la existencia es imposible; por ello, el sonido, la vibración y la energía transmitidas por el agua son sinónimos de vida... ¡y en lo más íntimo de nuestros genes y de nuestra memoria celular lo sabemos!

De tal suerte, meditar con la vibración del agua se convierte en una plegaria silenciosa que acalla el barullo de la mente y nos recuerda ese océano primordial en el que evolucionaron las especies del planeta hace unos tres mil millones de años; nos devuelve –además- a ese tranquilo estanque uterino en el que fuimos acunados con irrepetible candor y, por supuesto, nos reconecta con ese Yo Superior, ese Padre-Madre del todo armonioso, que filtra Su sabia Voz tanto en la furiosa ola que golpea a la roca como en la leve gota de llovizna veraniega que impregna nuestro rostro.

El agua como obra musical

Y así como el vital líquido tiene su propia e inherente musicalidad, los grandes compositores de todas las épocas se han inspirado en él para deleitarnos con algunas de las más conmovedoras piezas artísticas que haya concebido el espíritu humano.

Desde las antiguas canciones marineras –en las que celtas, vikingos, griegos o romanos vertían sus cuitas y alegrías, implorando protección a las deidades oceánicas- hasta composiciones sinfónicas de la talla de "Las Fuentes de Roma", obra del genio italiano Ottorino Respighi, el agua ha sido manantial de inspiración para los músicos de todos los tiempos, haciendo vibrar nuestra sensibilidad.

En el campo de la música académica, el agua es un tema que tiene dilatada tradición: compositores como el austriaco Johann Strauss ("El Danubio Azul"), el francés Maurice Ravel ("Juegos de Agua"), el inglés Edgard Elgar ("Estampas Marinas"), el alemán Richard Wagner ("El Holandés Errante") y el francés Claude Debussy ("El Mar") le han dedicado grandes obras orquestales. Destacan también dentro de esta temática las famosas piezas de los alemanes Georg Philip Telemann y Georg Friedrich Häendel –tituladas ambas "Música Acuática"- altas cimas del barroco musical.

En el ámbito de la música popular, resulta imposible inventariar el gran número de canciones que le cantan al agua; destacaremos aquí algunas que –por su belleza poética- nos han causado honda impresión.

Joan Manuel Serrat, el conocido cantautor catalán, nos ha dejado estos versos en su disco "Utopía":

Si el hombre es un sueño
el agua es el mundo
Si el hombre está vivo
el agua es la vida
Si el hombre es un niño
el agua es París
Si el hombre la pisa
el agua salpica
Cuídala...
como ella cuida de ti...

Simón Díaz, indiscutido decano de la canta tradicional venezolana, ha descrito el tormento del amor romántico como la lucha entre las fuerzas del aire (la garza) y el agua (el caudaloso río):

Yo vide a la garza mora
dándole combate al río
así es como se enamora
tu corazón con el mío...

El cantautor argentino Luis Alberto Spinetta –quizás el mejor letrista que jamás haya tenido el rock en español- nos describe cómo la lágrima de una triste despedida se transforma, a orillas del Río de La Plata, en un pétalo muy singular:

Lenta bruma cansada de dar al muelle
no veo paisajes más que este mar
que su viento devuelva la vida y la calma
y vea sus barcas volver de luz
tu sombra allende la distancia
es como un pétalo de sal…

Y así podríamos citar centenares de hermosas canciones como la famosa "Gotas de lluvia caen sobre mi cabeza" del norteamericano Burt Bacharach o aquella balada en la que su paisano Paul Simon define a la amistad como "Un puente sobre aguas turbulentas".

Sin embargo, por bella que sea, ninguna composición o poema podrá sustituir al suave susurro del agua de los arroyos, al cristalino tintineo de la gota que cae desde la estalactita de una caverna o al jubiloso fluir del líquido que baila en las fuentes de las plazas.

A estos entrañables sonidos se han sumado otros más inquietantes, generados por el calentamiento global: el fantasmal goteo del permafrost, la capa hielo que ha cubierto a la tundra siberiana durante millones de años y que ahora tiende a derretirse; el estruendo que producen los nuevos mega icebergs –algunos tan grandes como islas caribeñas- cuando se separan del menguante continente antártico; el quebradizo chispeo del casquete polar del Norte, cuyos flotantes hielos podrían desaparecer en pocas décadas si no ponemos rápido coto a nuestros abusos ambientales.

La música del agua es anterior al ser humano; sólo de nosotros depende seguir escuchándola. No acallemos su bella voz, porque su canto es el sostén de la Vida.

Carmelo Urso
Agradecimiento: Graciela E. Prepelitchi, miembro de Psique-Logia.

http://es.youtube.com/user/lamariblanca

martes, 18 de noviembre de 2008

Retrato - Poema de Antonio Machado





RETRATO

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno...

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna,
a distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una...

Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—
mi soliloquio es plática con ese buen amigo,
que me enseñó el secreto de la filantropía...

Y al cabo, nada os debo; me debéis cuanto escriba,
a mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo... como los hijos de la mar.





Antonio Machado, 1906


BLOGOCAMPAÑA CONTRA LA PORNOGRAFÍA INFANTIL

La pornografía infantil en la Red es una lacra imparable que ensucia nuestras vidas cada día. La presión policial con macroredadas no es suficiente para detener las malas prácticas de estos individuos, que actúan desde el anonimato que puede brindar la Red golpeando las vidas de cientos de niños, incluso bebés, en busca de un deseo sexual depravado y enfermizo. Por eso entre todos los internautas debemos ponernos manos a la obra y meter el máximo de ruido en el ciberespacio.

El objetivo de esta blogocampaña es que el próximo 20 de noviembre, Día Universal del Niño cientos de blogs escribamos un post en el que aparezca la frase: "Pornografía infantil NO", para sembrar los buscadores de Internet de severas críticas a esta vergüenza humana y social. De esta forma conseguiremos que las ciberbúsquedas de las palabras pornografía+infantil al menos golpeen las conciencias de tanto salido mental. En el post podéis colar términos de búsqueda empleados por los pederastas y pedófilos como "angels", "lolitas", "boylover", "preteens", "girllover", "childlover", "pedoboy", "boyboy", "fetishboy" o "feet boy" para llegar adonde queremos llegar.

¡PÁSALO!

Si quieres participar coloca este cartel-banner en tu blog disponible en idioma español, inglés, francés, italiano, portugués, gallego, catalán y euskera, difúndelo entre tus conocidos y escribe EL 20 DE NOVIEMBRE un post necesario para desinfectar todo lo posible la Red de todos:

http://lahuelladigital.blogspot.com/2008/10/arranca-la-blogocampaa-contra-el-porno.html



lunes, 17 de noviembre de 2008

Un video personal...

Preparé este video para el cumpleaños de mi amigo Joan Baeza. Creo que me salió bonito. Aquí va y lo comparto con ustedes. De paso, les hago un paseo turístico por Lima.
Marisol

De vez en cuando la vida...




Y nada... Tan solo un video de la canción de mi vida.






sábado, 1 de noviembre de 2008

El móvil de Hansel y Gretel


Anoche le contaba a la Nina un cuento infantil muy famoso, el Hansel y Gretel de los hermanos Grimm. En el momento más tenebroso de la aventura los niños descubren que unos pájaros se han comido las estratégicas bolitas de pan, un sistema muy simple que los hermanitos habían ideado para regresar a casa. Hansel y Gretel se descubren solos en el bosque, perdidos, y comienza a anochecer. Mi hija me dice, justo en ese punto de clímax narrativo: “No importa. Que lo llamen al papá por el móvil”.


Yo entonces pensé, por primera vez, que mi hija no tiene una noción de la vida ajena a la telefonía inalámbrica. Y al mismo tiempo descubrí qué espantosa resultaría la literatura —toda ella, en general— si el teléfono móvil hubiera existido siempre, como cree mi hija de cuatro años. Cuántos clásicos habrían perdido su nudo dramático, cuántas tramas hubieran muerto antes de nacer, y sobre todo qué fácil se habrían solucionado los intríngulis más célebres de las grandes historias de ficción.


Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica, en cualquiera que se le ocurra. Desde la Odisea hasta Pinocho, pasando por El viejo y el mar, Macbeth, El hombre de la esquina rosada o La familia de Pascual Duarte. No importa si el argumento es elevado o popular, no importa la época ni la geografía. Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica que conozca al dedillo, con introducción, con nudo y con desenlace. ¿Ya está? Muy bien. Ahora ponga un teléfono móvil en el bolsillo del protagonista. No un viejo aparato negro empotrado en una pared, sino un teléfono como los que existen hoy: con cobertura, con conexión a correo electrónico y chat, con saldo para enviar mensajes de texto y con la posibilidad de realizar llamadas internacionales cuatribanda.


¿Qué pasa con la historia elegida? ¿Funciona la trama como una seda, ahora que los personajes pueden llamarse desde cualquier sitio, ahora que tienen la opción de chatear, generar videoconferencias y enviarse mensajes de texto? ¿Verdad que no funciona un carajo? La Nina, sin darse cuenta, me abrió anoche la puerta a una teoría espeluznante: la telefonía inalámbrica va a hacer añicos las nuevas historias que narremos, las convertirá en anécdotas tecnológicas de calidad menor. Con un teléfono en las manos, por ejemplo, Penélope ya no espera con incertidumbre a que el guerrero Ulises regrese del combate. Con un móvil en la canasta, Caperucita alerta a la abuela a tiempo y la llegada del leñador no es necesaria. Con telefonito, el Coronel sí tiene quién le escriba algún mensaje, aunque fuese spam. Y Tom Sawyer no se pierde en el Mississippi, gracias al servicio de localización de personas de Telefónica. Y el chanchito de la casa de madera le avisa a su hermano que el lobo está yendo para allí. Y Gepetto recibe una alerta de la escuela, avisando que Pinocho no llegó por la mañana. Un enorme porcentaje de las historias escritas (o cantadas, o representadas) en los veinte siglos que anteceden al actual, han tenido como principal fuente de conflicto la distancia, el desencuentro y la incomunicación. Han podido existir gracias a la ausencia de telefonía móvil.


Ninguna historia de amor, por ejemplo, habría sido trágica o complicada, si los amantes esquivos hubieran tenido un teléfono en el bolsillo de la camisa. La historia romántica por excelencia (Romeo y Julieta, de Shakespeare) basa toda su tensión dramática final en una incomunicación fortuita: la amante finge un suicidio, el enamorado la cree muerta y se mata, y entonces ella, al despertar, se suicida de verdad. (Perdón por el espoiler.)


Si Julieta hubiese tenido teléfono móvil, le habría escrito un mensajito de texto a Romeo en el capítulo seis:

M HGO LA MUERTA,
PERO NO STOY MUERTA.
NO T PRCUPES
NIHGAS IDIOTCES.
BSO.

Y todo el grandísimo problemón dramático de los capítulos siguientes se habría evaporado. Las últimas cuarenta páginas de la obra no tendrían gollete, no se hubieran escrito nunca, si en la Verona del siglo catorce hubiera existido la promoción “Banda ancha móvil” de Movistar.

Muchas obras importantes, además, habrían tenido que cambiar su nombre por otros más adecuados. La tecnología, por ejemplo, habría desterrado por completo la soledad en Aracataca y entonces la novela de García Márquez se llamaría ’Cien años sin conexión’: narraría las aventuras de una familia en donde todos tienen el mismo nick (buendia23, a.buendia, aureliano_goodmornig) pero a nadie le funciona el messenger.


La famosa novela de James M. Cain —’El cartero llama dos veces’— escrita en 1934 y llevada más tarde al cine, se llamaría ’El gmail me duplica los correos entrantes’ y versaría sobre un marido cornudo que descubre (leyendo el historial de chat de su esposa) el romance de la joven adúltera con un forastero de malvivir.


Samuel Beckett habría tenido que cambiar el nombre de su famosa tragicomedia en dos actos por un título más acorde a los avances técnicos. Por ejemplo, ’Godot tiene el teléfono apagado o está fuera del área de cobertura’, la historia de dos hombres que esperan, en un páramo, la llegada de un tercero que no aparece nunca o que se quedó sin saldo.


En la obra ’El jotapegé de Dorian Grey’, Oscar Wilde contaría la historia de un joven que se mantiene siempre lozano y sin arrugas, en virtud a un pacto con Adobe Photoshop, mientras que en la carpeta Images de su teléfono una foto de su rostro se pixela sin remedio, paulatinamente, hasta perder definición.


La bruja del clásico ’Blancanieves’ no consultaría todas las noches al espejo sobre “quién es la mujer más bella del mundo”, porque el coste por llamada del oráculo sería de 1,90€ la conexión y 0,60€ el minuto; se contentaría con preguntarlo una o dos veces al mes. Y al final se cansaría.


También nosotros nos cansaríamos, nos aburriríamos, con estas historias de solución automática. Todas las intrigas, los secretos y los destiempos de la literatura (los grandes obstáculos que siempre generaron las grandes tramas) fracasarían en la era de la telefonía móvil y del wifi. Todo ese maravilloso cine romántico en el que, al final, el muchacho corre como loco por la ciudad, a contra reloj, porque su amada está a punto de tomar un avión, se soluciona hoy con un SMS de cuatro líneas. Ya no hay ese apuro cursi, ese remordimiento, aquella explicación que nunca llega; no hay que detener a los aviones ni cruzar los mares. No hay que dejar bolitas de pan en el bosque para recordar el camino de regreso a casa.


La telefonía inalámbrica —vino a decirme anoche la Nina, sin querer— nos va a entorpecer las historias que contemos de ahora en adelante. Las hará más tristes, menos sosegadas, mucho más predecibles.


Y me pregunto, ¿no estará acaso ocurriendo lo mismo con la vida real, no estaremos privándonos de aventuras novelescas por culpa de la conexión permanente? ¿Alguno de nosotros, alguna vez, correrá desesperado al aeropuerto para decirle a la mujer que ama que no suba a ese avión, que la vida es aquí y ahora? No. Le enviaremos un mensaje de texto lastimoso, un mensaje breve desde el sofá. Cuatro líneas con mayúsculas. Quizá le haremos una llamada perdida, y cruzaremos los dedos para que ella, la mujer amada, no tenga su telefonito en modo vibrador.


¿Para qué hacer el esfuerzo de vivir al borde de la aventura, si algo siempre nos va a interrumpir la incertidumbre? Una llamada a tiempo, un mensaje binario, una alarma. Nuestro cielo ya está infectado de señales y secretos: cuidado que el duque está yendo allí para matarte, ojo que la manzana está envenenada, no vuelvo esta noche a casa porque he bebido, si le das un beso a la muchacha se despierta y te ama. Papá, ven a buscarnos que unos pájaros se han comido las migas de pan.


Nuestras tramas están perdiendo el brillo —las escritas, las vividas, incluso las imaginadas— porque nos hemos convertido en héroes perezosos.

Hernán Casciari

miércoles, 8 de octubre de 2008

"No es nada personal"


Cada vez con más frecuencia escucho esta frase: “no es nada personal”.

La dicen los jefes, los periodistas, los comentaristas, los analíticos, los consultores, los matemáticos, los literatos, la gente, en fin… Y cuando la escucho o la leo, no puedo evitar hacerme la eterna pregunta: ¿Si el asunto no es personal cómo entonces actuar? ¿Cómo puedo responder o proceder si no me tomo las cosas como algo personal?

Si algo no soy en esta vida es imparcial y si eso conlleva ser emocionalmente inteligente, pues no cuenten conmigo, porque para mí todas las cosas que hago y digo son a título personal. No sé proceder de otra manera ni me interesa mucho aprenderla.

Quizá quien lea este garabato que intento pergeñar interprete que en mi estilo reina algo de intolerancia o de autosuficiencia, pero no es así. Simplemente considero que soy una persona que hace las cosas por y con entusiasmo. Claro está que para lavar una copa no necesito tener demasiado entusiasmo pero sí, para reaccionar en hechos, actitudes y transmisión de ideas, del dicho al hecho. De lo contrario, no podría hacer nada auténticamente bien, o auténticamente mal.

“Nada personal”… Frase vacía, pasiva, fría, que pone el brazo de distancia antes de que se produzca el acercamiento. Las ideas se van al diablo cuando aparece este comentario porque de ahí en adelante, todo lo que se pueda decir o hacer al respecto no tiene ningún sentido específico, strictu sensu.

Prefiero tomarme las cosas siempre como algo personal porque así es como corro el riesgo de vivir y acertar y equivocarme y rectificar. No hay nada más apasionante y que me entusiasme más que vivir así, a mi manera.

Sol O'Connor






domingo, 10 de agosto de 2008

El Vino



"Sí señor, sí señor...
El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla...

Que deberían salir
cuando el hombre bebe agua.

Va buscando, pecho adentro,
por los silencios del alma
y les va poniendo voces
y los va haciendo palabras.

A veces saca una pena,
que por ser pena, es amarga
sobre su palco de fuego,
la pone a bailar descalza.

Baila y bailando se crece,
hasta que el vino se acaba
y entonces, vuelve la pena
a ser silencio del alma.

Sí, señor...
El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla...

Cosas que queman por dentro,
cosas que pudren el alma
de los que bajan los ojos,
de los que esconden la cara.

El vino entonces, libera
la valentía encerrada
y los disfraza de machos,
como por arte de magia.

Y entonces, son bravucones,
hasta que el vino se acaba
pues del matón al cobarde,
solo media la resaca.

Sí, señor...
El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla...

Cambia el prisma de las cosas
cuando más les hace falta
a los que llevan sus culpas
como una cruz a la espalda.

La impura se piensa pura,
como cuando era muchacha
y el astado regatea
la medida de su drama.

Y todo tiene colores
de castidad simulada,
pues siempre acaban el vino
y los dos, en la misma cama.

Sí, señor...
El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla...

Pero... ¡qué lindo es el vino!
El que se bebe en la casa
del que está limpio por dentro
y tiene brillando el alma.

Que nunca le tiembla el pulso,
cuando pulsa una guitarra.
Que no le falta un amigo
ni noches para gastarlas.

Que cuando tiene un pecado,
siempre se nota en su cara...

Que bebe el vino por vino
y bebe el agua, por agua".